Este mediodía, en el hall de la Escuela Secundaria Nº 1 – con el piso húmedo tras la lluvia de ayer, demostrando la urgencia de la obra –, se efectuó la firma del contrato entre la Dirección General de Cultura y Educación y la empresa Playa Construcciones SRL para la ejecución de una nueva cubierta metálica a dos aguas, ubicada sobre la actual azotea del edificio. La intervención, cuyo presupuesto oficial es de $ 8.919.520,57 y establece 90 días hábiles de plazo, incluye también la construcción de canaletas y cañerías pluviales. De esta forma se busca resolver las históricas filtraciones del inmueble.

Participaron del acto administrativo el director de la institución Javier Hartmann; los consejeros escolares Juan Manuel Almirón – presidente –, Victoria Figueroa, Carolina Carrigal, Andrea Vieira y Aldana Guzmán; los responsables técnicos del proyecto Arq. Tomás Medici y el secretario Arturo Gamboa; y el representante de la firma adjudicataria Juan Domingo Candiotto.

A propósito, Almirón destacó que la obra “salda una deuda de más de 15 años de la DGCyE con la escuela. En febrero se recorrieron las instalaciones con autoridades provinciales, hubo un compromiso que se concretó con esta firma”. Por su parte, Hartmann, detalló los inconvenientes que atraviesa la escuela ante cada lluvia: “Tenemos que recurrir a la suspensión automática de clases. Se inundan las instalaciones e incluso se corta la luz. Es difícil trabajar, en el 2017 se profundizaron las filtraciones y actualmente no hay salón que no se llueva. Esta propuesta implica una solución definitiva”.

El objeto de la obra es cubrir la totalidad del edificio con un “sobretecho”, que de forma eficaz impida el ingreso del agua en el interior del establecimiento, para lo cual es preciso captar el agua de lluvia de toda la parcela, incluso del patio delantero y posterior, conduciéndola hasta el cordón de la calle.

El edificio se proyectó y construyó hace más de treinta años. Su concepción original es noble, pero la estructura se ha visto inevitablemente alterada debido a las consecuencias del paulatino paso del tiempo y la notoria escasez, o bien, ausencia, de mantenimiento preventivo y correctivo. Además, a la falta de limpieza de los pluviales, se le ha sumado un factor determinante en estos últimos años, el cambio climático, lo cual determina que los diámetros de las pendientes en la cubierta no sean por estos días los apropiados para conducir el agua hasta el cordón.

Las importantes filtraciones en el techo, dentro de múltiples y diversos factores, se deben en parte al deterioro de la membrana, sumado a la falta de escurrimiento adecuado que permita conducir el agua hacia puntos comunes o sumideros de desagüe pluvial. Estas falencias repercuten en la instalación eléctrica, ya que en reiteradas oportunidades se produce el corte del suministro, situación que imposibilita el dictado de clases normal. Otro aspecto que se tuvo en cuenta para la definición como obra prioritaria fue el progresivo deterioro de los equipos de aire acondicionado colocados hace solo dos años.