El 28 de junio se celebra el Día Internacional del Orgullo LGTB (1) en conmemoración a la revuelta de Stonewall sucedida en 1969 y la marcha que un año después se organizara para conmemorar esa gesta de resistencia. Miles de personas marcharon por las calles de New York exigiendo que se detenga la violencia policial contra los homosexuales, las lesbianas, las travestis y las prostitutas. Violencia ejercida por el brazo coercitivo del Estado, la policía, y avalada por gran parte de la sociedad. Aunque es difícil establecer cuándo es la primera vez de algo, se ha acordado que esta es la primera marcha del orgullo gay.

Stonewall Inn era un bar de los suburbios de New York donde frecuentaban personas que hoy podríamos definir como disidencia sexual. Lejos de ser un grupo homogéneo, eran lesbianas, homosexuales, trans, prostitutas, bisexuales, que tenían la característica de ser  pobres, migrantes, jóvenes, latinas y afrodescendientes en la década de 1960. Fueron el conjunto de esas características de clase, de etnia, de identidad de género y orientación sexual las que las hicieron disidentes.

No podemos pensar la represión de Stonewall, la resistencia de Stonewall y la organización que disparó este acontecimiento sin el contexto que lo hizo posible. Durante la década de 1960  diferentes partes del mundo vieron el florecimiento de movimientos sociales que reclamaron ampliaciones de derechos, jóvenes, pacifistas, feministas que cuestionaron el orden imperante por encima de los muros que dividían al este y al oeste, al sur y al norte. Que postularon nuevas formas de hacer política, que enfrentaron la moral burguesa y también a la moral revolucionaria, porque ser puto, lesbiana o traba estaba mal en todos lados. 

Lejos de ser portadorxs de banderas multicolor (aun no existía este emblema) estas personas marginadas de más de una esfera social, tomaron las calles discutiendo la heterosexualidad obligatoria. No lo hicieron con políticas rosas de amor (pinkwashing), aceptación y tolerancia, pelearon cuerpo a cuerpo por sus existencias y sus vidas, contra la policía y moral heterosexual. 

Desde el sur, una agenda propia 

En Argentina la primera marcha del orgullo tuvo lugar en el mes de  noviembre de  1992. Se eligió esa fecha en conmemoración de la creación de Nuestro Mundo, el primer movimiento homosexual de la Argentina y América Latina, nacido también en esa revoltosa década del sesenta.

Aunque en Argentina la homosexualidad nunca estuvo penada por la ley (2), la fuerza moral de la sociedad, en democracia y dictadura, hicieron de las personas no heterosexuales, no cis-sexuales, sujetos punibles. En ese contexto Nuestro Mundo comenzó una campaña de liberación gay que consistía en hacer llegar a los medios  de comunicación información sobre la comunidad homosexual. Iniciada la década de 1970 este grupo se fusionó con otros núcleos  y formaron el Frente de Liberación Homosexual (FLH) que tenía como órgano de prensa a la revista Somos publicada entre 1973 y 1976. La llegada de la última dictadura militar, aunque no inició la represión la recrudeció, poniendo fin a esta experiencia. La alteridad genérica y sexual también fue fuertemente perseguida durante esta etapa. La marcha del orgullo, en nuestro país, evidencia la búsqueda de una agenda propia de reivindicaciones. Generando  tensiones y disputas internas dentro del movimiento feminista y de las disidencias sexuales. Por una memoria, una existencia y una militancia situada. 

Como en Stonewall las personas que iniciaron el movimiento de diversidad sexual en Argentina fueron disidentes. Políticamente activas, además de luchar por su existencia y sus derechos particulares, comprometieron su vida en la búsqueda de nuevos mundos. Su disidencia también era contra la pobreza, el racismo, la moralidad y las violencias  del Estado.


  1. Posteriormente esta siglas se amplió para dar visibilidad a otras identidades.
  2. Existieron y existen códigos contravencionales y edictos policiales que prohibían prácticas consideradas amorales como el travestismo y el exhibicionismo. 

Luisa Michel – luisamichel2020@gmail.com