El 26 de junio de 1891, hace 129 años, Leandro Alem, junto a un nutrido grupo de dirigentes, gestaron un nuevo partido político: la UCR. El texto publicado por ANTI, a modo de conmemoración, es un fragmento del libro «El Radicalismo de Chascomús, Un pedazo de historia en la larga historia de la Unión Cívica Radical», de Oscar Daniel Bonavita (1953-2008), publicado en abril de 2007. La reflexión, a pesar del paso del tiempo, guarda una importante vigencia.

Es el radicalismo una fuerza enraizada desde su mismo origen con la Democracia, un sistema que retornó a la Argentina en 1983 para quedarse definitivamente entre los argentinos. Eso dijimos y en eso creemos. Sin embargo, hoy la Democracia, por los motivos que fueren, está en deuda con la gente y eso es algo que puede llegar a ser letal. Para la Democracia y para el radicalismo, movimiento que ha sido su más firme y sostenido impulsor y defensor.

No es posible que este sistema, el mejor de todos, se conforme con cubrir solo con los aspectos formales del mismo: no mucho más que votar cada dos años. Es importante ir mucho más allá, darle un contenido al sistema del que pareciera hoy estar vacío. La gente debe, y esto es una responsabilidad de los dirigentes de la Democracia, y fundamentalmente del radicalismo, encontrar respuesta a sus necesidades cotidianas. El pueblo tiene prioridades y el radicalismo – los demócratas – deben estar atentos a las mismas:

  • La justicia es fundamental en un país, por eso instrumentar su buen funcionamiento a través de jueces idóneos y republicanos, así como modernizar sus estructuras, es fundamental.
  • No hay sociedad democrática sin una educación jerarquizada e igualitaria PARA TODOS.
  • La inflación destruye la moral ciudadana, por ello combatirla es prioritario, pero no más que trabajar en pos de una correcta distribución del ingreso.
  • El Estado debe crear los instrumentos para dar respuestas a las necesidades del pueblo. Los funcionarios públicos y los dirigentes políticos deben estar al servicio de la gente.
  • Sin virtud no hay Democracia. No es válido subordinar los intereses de la población a intereses personales o partidarios. Esto siempre es mezquino.
  • La Constitución no debe ser un documento para ser mencionado solamente. Desde el poder se debe enfatizar en la necesidad de “ser esclavos de la ley”.

Los principios del radicalismo están hoy tan vigentes como en 1890, lo que no es tan seguro, aunque esta duda genere enojos, es que sea el radicalismo de hoy, el del sello, los Comités y la marcha, el que contenga esos contenidos y sea capaz de reimpulsarlos para bien de la gente, el país y el propio partido.

Para finalizar, permítaseme volver a nuestro pago chico que es el que motivó este trabajo. Aquí la declinación partidaria no se ha dado en la misma medida que en los órdenes nacional y provincial. Una dirigencia, con virtudes y defectos, pero en términos generales reconocida y respetada por sus vecinos ha mantenido, aun perdiendo elecciones, vigencia porque, más allá de los errores, supo no diferenciarse del pueblo que le da razón de ser.

El tiempo y la forma en que esa dirigencia se mueva en el futuro, la responsabilidad con que actúe, mantendrá o no la vigencia partidaria en el distrito. Aquí hay gente. Mucha y en todos los sectores, que es capaz de continuar interpretando el sentir ciudadano e, inclusive, generar las condiciones para que, la consolidación de un liderazgo que se ha mantenido a través del tiempo, contribuya además a la reconstrucción de un partido que por su trayectoria más que centenaria y la vigencia de sus postulados, merece que se lo recupere y si no, al menos, tener una muerte diferente.

En reconocimiento a los miles y miles de Radicales que anónimamente mucho han hecho a lo largo del tiempo para que el radicalismo mantenga su vigencia, haciendo votos para que lo que nació en 1890, recupere su vigencia y “el radicalismo vuelva a parecerse a si mismo”.

Fragmento del libro «El Radicalismo de Chascomús, Un pedazo de historia en la larga historia de la Unión Cívica Radical», de Oscar Daniel Bonavita (1953-2008), publicado en abril de 2007.