Tras ser reconocido con el título de Doctor Honoris Causa en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de ser recibido y agasajado por el embajador de su país, Hans-Ruedi Bortis, el profesor suizo Didier Pittet vendrá a Chascomús.
Este médico y especialista en epidemiología y salud comunitaria, director del Programa de Control de Infecciones de los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG), se hará presente en la ciudad de la laguna este viernes a las 11, cuando recorrerá el San Vicente de Paul.
Justamente, el Hospital Municipal de Chascomús será el único hospital que visitará en su estadía en Argentina, acercado por el vecino Carlos Bonicalzi, anfitrión del doctor «Manos Limpias» en Buenos Aires.
Es para destacar que el Dr. Pittet es pionero en higiene hospitalaria, al punto que desarrolló, junto con el farmacista William Griffiths, el alcohol en gel, solución que revolucionó los métodos de desinfección de manos en ambientes hospitalarios.
La idea de pasarse este producto por las manos es una práctica que fue adoptada a nivel mundial y que salva 8 millones de vida al año, con la particularidad que este médico suizo cedió todos los derechos de propiedad intelectual y le dio la fórmula química a la OMS «de manera tal de que pueda ser producido hasta en una cocina».
QUIÉN ES DIDIER PITTET
Didier Pittet, nacido en Ginebra en el año 1957, es el director del Programa de Control de Infecciones y Centro de Colaboración de la OMS del HUG. Fue co-autor de más de 500 publicaciones científicas y recibió numerosos premios nacionales e internacionales por su trabajo. En 1998 fue nombrado como uno de los cinco científicos más influyentes del mundo. Dio clases en alguna de las instituciones médicas más prestigiosas del mundo.
El suizo hizo más que nadie en el mundo por popularizar el eslógan «Manos limpias salvan vidas» en el marco de la pandemia H1N1 de 2009, también conocida como Gripe A. Demostró que desinfectarse las manos con alcohol en gel – cuya fórmula química fue desarrollada por el farmacista William Griffiths – es más efectivo que lavárselas con jabón. Este descubrimiento científico, que posibilita la higiene de manos adecuada en países con escaso acceso al agua potable, se conoce como el «modelo Ginebra» en el campo médico. Es un principio muy simple: consiste en mantener alcohol en gel al alcance del personal médico en todo momento en los cuartos de los pacientes y en los pasillos del hospital de manera tal de que puedan desinfectarse las manos durante y después del contacto con pacientes. Incluyo pueden llevar pequeñas botellas de alcohol en gel en los bolsillos de sus guardapolvos blancos.
El método tradicional del lavado de manos requiere que uno se acerque a la pileta del baño, se lave cuidadosamente, se enjuague y se seque las manos. Es un proceso que lleva tiempo, más cuando se espera que el personal médico se lave las manos varias veces por hora. Mantener las manos libres de gérmenes con alcohol en gel no solo es más rápido (toma unos 20 segundos) y más conveniente que lavarlas con jabón sino que además posee otra ventaja: reduce las infecciones intrahospitalarias.
El Dr. Pittet presentó este método de combate a las enfermedades vinculadas a los servicios de salud – que afecta a unas 70.000 personas por año en Suiza – en el HUG en la década del noventa en colaboración con la Organización Mundial de la Salud. Hoy salva las vidas de 8 millones de personas al año alrededor del mundo. Por sus servicios en pos de la prevención de enfermedades intrahospitalarias en el Reino Unido, recibió el título de Commander of the Order of the British Empire otorgado por la Reina Elizabeth II – la orden más alta que un no-británico puede esperar a recibir. Hacía más de 400 años que la corona británica no entregaba este título a un ciudadano suizo.
Convencer a la comunidad científica y médica de la importancia de utilizar alcohol en gel no fue una tarea fácil. El doctor en cuestión encontró mucha resistencia y recuerda que lo más difícil no fue imponer su uso sino lograr que las personas internalicen el hábito de mantener sus manos libres de gérmenes. El punto de quiebre tuvo lugar en 2005. La OMS le confió a Pittet el lanzamiento del programa ‘Clean Care is Safer Care’ para la protección de los pacientes, lo que le dio un ímpetu global a los esfuerzos de utilizar este tipo de solución para asegurar una correcta higiene de manos.
La campaña del Dr. Pittet lo llevó a enfrentarse a las compañías farmacéuticas, que resistían su llamado a producir alcohol en gel a precios accesibles. Estaba más interesado en los resultados de salud pública que en las ganancias y no obtuvo ni un solo centavo por el producto que ayudó a desarrollar. Cedió todos los derechos de propiedad intelectual y le dio la fórmula química a la OMS «de manera tal de que pueda ser producido hasta en una cocina». Su única recompensa fue lograr que la fórmula estuviera disponible de manera de manera gratuita.