El riojano Carlos Saúl Menem, el presidente argentino durante 10 años ininterrumpidos que hoy parece nadie votó, tuvo sus vínculos con Chascomús, la ciudad de la otra cara de la misma moneda, su antecesor Raúl Alfonsín.

Se fue el presidente que hoy parece prácticamente nadie votó, pero gobernó el país durante 10 años ininterrumpidos (con reelección en la que sacó cerca del 50% de los votos), marcando la década final del Siglo XX y el comienzo del XXI; se fue El Riojano más famoso, ese que casi ninguno quiere nombrar y mucho menos aparecer en una foto con él; se fue el Turco, el Caudillo, el Patilludo, el Carlos; se fue el sucesor de Raúl Alfonsín y el que tuvo sus vínculos con Chascomús…

Con la idea de no “matar al muerto”, si bien sobran los motivos, el sentido de esta publicación es rememorar los lazos de Menem con la ciudad de la laguna, la cuna de la otra cara de la misma moneda, recordando que durante el reinado de Carlos Saúl I, Alfonsín sufrió la consideración popular que desde hace décadas ostenta el nacido 90 años atrás en Anillaco, rechazo que Raúl supo revertir con el tiempo, diferencia, entre tantas otras, que seguro perdurará entre ellos y el resto…

“El `Nixon´ de Oliver Stone se arrodilla a rezar y le dice al cuadro de JFK: «Cuando te ven, ven lo que quieren ser; cuando me ven, ven lo que son». Así Menem lo diría mientras recorre el camino del ostracismo y cumple su ciclo vital: ¿Nadie nunca osará ponerle un busto a Menem? ¿Alfonsín es el nombre de lo que quisimos ser, Menem el nombre de lo que fuimos? ¿Un Kennedy de Chascomús y un Nixon de Anillaco que nos sacó para siempre de Vietnam?”, comentó el periodista Martín Rodríguez en su publicación “Menem: Un busto ahí” del 1 de diciembre de 2018 en el portal especializado La Política Online.

Ahora, yendo a la razón de ser de la nota, desde ANTI se consultó a dos chascomunenses menemistas de ayer y de hoy, que no son muchos, por lo menos públicamente: Gustavo Barrera y Santiago Muscarello, quien, en su caso, supo compartir el Menemóvil con “El Jefe, como le gustaba que digamos”, recuerda el Manzanita.

“La primera vez que Menem vino a Chascomús fue en el 83. Estuvo en un acto que hicimos en Lezama con Pepe Bricio y Miguel Otegui. Vino desde Tandil, recuerdo que fumaba cigarrillos Kent. Lo fue a buscar Paz, compañero que tenía la concesión del ACA. Comimos unas empanadas en el Cobo. Después pasó por Chascomús y tomó un café con el Turco Fares en Atalaya”, comentó Polo, que también recordó que un micro lleno de chascomunenses fue a su asunción como gobernador de La Rioja en 1983.

Justamente, uno de los que viajó fue Santiago: “Carlos asume en la gobernación del 11 de diciembre del 83. Viajamos desde Chascomús a La Rioja. El micro estaba lleno. Vimos la asunción de Raúl (Alfonsín) como presidente en Córdoba. Fuimos el Flaco Luque, Tomás Peirano, Chichi Santaclara, Mariano Sinconegui y su mamá, Beba Otero, entre tantos otros”.

En orden cronológico, las siguientes visitas del Riojano fueron, según Barrera, “en 1984 creo, en el balcón de la actual casa del Negro Otondo (secretario de Planificación y Turismo del Municipio); mientras que luego en 1988, en la interna con Cafiero, hizo un acto en El Reloj, almorzando en Gastronómicos, para finalmente en 1995, superada la interna, hacerse presente en el palco de Belgrano y Arenales junto a Tata (Fernandino)”.

De aquella primera incursión dentro de la ciudad de la laguna, en el balcón de calle Alvear, “en el 85/86”, Muscarello añadió que “creo que lo organizó Petite (Francese)”, mientras que de su llegada en 1988 sumó: “Se fue a dormir la siesta a lo del Turco Fares… aunque alguna vez le mandé saludos de su parte y Menem no me dio mucha pelota”.

Los detalles del Manzanita aparecieron en la campaña de 1995: “Después vino la única vez que el Peronismo quiso ganar en Chascomús. El 11 de mayo se hizo el acto de cierre de campaña de Tata en Belgrano y Arenales. Ese día es el cumpleaños de Alberto Kohan, que vino de avanzada por la mañana. A la noche llegaron Menem y Duhalde, cada uno en su helicóptero, bajaron en Atlético. Luego, Carlos se volvió de la misma manera y Duhalde regresó en el Menemóvil. Recuerdo que me pidió un par de películas para el viaje”.

Continuando con su relato sobre aquel encuentro en la ciudad de Alfonsín entre Menem, Duhalde, Kohan y Fernandino, Santiago enfatizó que no fueron pocas las veces que los visitantes tuvieron que interceder para que continúe presente en las conversaciones pese a los intentos para que así no sea del luego segundo intendente peronista de Chascomús. “Los tres, en algún momento, le tuvieron que decir a Tata que yo me quedaba, porque era amigo. El Cabezón (local) hociqueó bastante ese día jaja”.

En la previa de la reunión de los candidatos peronistas a presidente, gobernador e intendente en tierras radicales, Muscarello puntualizó: “Kohan vino temprano, lo fui a buscar al aeroclub y Tata apareció en una Renault break que tenía para luego ir al local de Belgrano 22. Después fuimos a comer a La Farola, donde se encontró con Guillermo Alfonsín, hermano de Raúl, con el cual Alberto tenía muy buena relación, eran muy amigos, porque fueron los delegados de la transición”.

En el cierre de las presencias públicas de Menem a Chascomús, debido que quizás también haya visitado en alguna ocasión a su amigo Carlos Spadone, empresario que tiene campo en Gándara, Manzanita agregó: “Posteriormente estuvo en Villa del Sur, que fue la vez que casi se le viene abajo el helicóptero por Etcheverry. Y otra vez vino cuando se inauguró la Isla” en la Autovía 2, esa que supo recorrer con y sin patillas, en micro o Ferrari, como caudillo riojano o presidente argentino de la década de fiesta y resaca…