El Centro de Artesanos y el programa Chascomús Emprende comparten los fines de semana el bulevar de Perón y Costanera España. El aislamiento obligatorio determinó el cese de actividades en el paseo y la necesidad de nuevas búsquedas comerciales. En la actualidad ofrecen su producción de manera virtual y ansían la autorización de Provincia para instalarse, primero en Plaza Sarmiento y llegar al vecino, después en el sitio tradicional, con el regreso del turismo. ANTI dialogó con distintos protagonistas del paseo, en esta primera parte – habrá otra dedicada a los emprendedores – cuenta sus sensaciones Gabriel Florio, tres veces presidente y actual miembro de la comisión de artesanos.

“La cuarentena nos afectó como sector, es un momento difícil, las operaciones cayeron en un ochenta por ciento. Redireccionamos la venta al público local, por redes sociales, pero no tienen la misma significación. Recibimos ayuda alimentaria del municipio y cobramos el IFE. De todas formas, se sintió de manera distinta, hay gente jubilada, que tiene la artesanía como algo accesorio, extra, un hobby, pero para quienes nos dedicamos al cien por ciento fue una caída importante” destacó Gabriel en el comienzo de la charla.

El paseo está integrado por el Centro de Artesanos, de aproximadamente 60 socios, y los emprendedores, entre 25 y 30 puestos con diferentes opciones de producción local. Los artesanos apadrinan el complejo desde el año 2005, lo cual significa cuidar, mantener y conservar el espacio público. “Ofrecemos todo tipo de artesanías, desde productos regionales hasta trabajos en cuero, madera, metal y cerámica; incluso ropa de diseño. A esta propuesta se sumaron los emprendedores, con distinta oferta, sobre todo gastronómica: cerveza artesanal, pizza, empanadas, alfajores” agregó el profesor de Educación Física, devenido en artesano para “tener más libertad, el emprendimiento propio, no depender de un jefe y manejar los tiempos”.

En ese sentido, agregó que “nos hacemos cargo de todo el proceso de comercialización del producto, desde la compra de la materia prima, la transformación y la venta, de manera presencial o virtual. Por eso, muchas veces, el trabajo excede las ocho horas habituales de otro empleo, uno está todo el tiempo pensando cómo producir, qué producto tiene más salida, es constante”.

En la continuidad de la entrevista, Gabriel detalló las políticas comerciales antes y después de la cuarentena: “Siempre se apuntó al turismo, el ochenta por ciento del público es turista. En el último tiempo nos propusimos llegar y acercar al vecino de Chascomús. La feria tiene más de 20 años y mucha gente la desconocía. Nos replanteamos cómo llegar y empezamos con propuestas recreativas, culturales, radio abierta el domingo. Nos fueron conociendo. Esta nueva realidad, sin visitantes de afuera, hace que debamos intensificar la redirección de la producción al público local y ofrecerla por redes”.

Respecto de la relación con los emprendedores, quienes se sumaron a la propuesta del paseo hace dos años, Gabriel opinó que “es excelente, costó al principio lograr la unificación, había resquemores o recelo en algún compañero, pero poco a poco nos fuimos conociendo y el espacio se fortaleció. Cada uno mantiene su autonomía, nosotros Comisión Directiva, ellos Mesa Gestora, pero se trabaja de manera coordinada”.

En tanto, el ex docente, destacó el trabajo conjunto con el municipio: “El acompañamiento no es solo de esta gestión, la Dirección de Producción siempre nos tuvo en cuenta. En la actualidad formamos parte del área de la economía social, de la cual participan además emprendedores, cooperativas, distintos actores de la economía popular y solidaria. El aporte se traduce en subsidios, de orden local, provincial o nacional; capacitación y asesoramiento. Por ejemplo, ahora nos dieron la posibilidad de ofrecer nuestros productos virtualmente con la plataforma ´Comprá en casa´. Somos una institución en un espacio público y el municipio lo vende, en el buen sentido de la palabra, como una oferta turística más”.

Si de añoranza se trata, Gabriel rememoró una jornada en el bulevar y expresó que “es más que un paseo de compras, se convirtió en un espacio cultural, recreativo, de expresión artística, donde cualquier sector de la comunidad puede manifestarse y realizar su actividad. Nuclea mucha gente, diferentes sectores sociales utilizan el espacio para visibilizarse, se realizaron desde concursos literarios hasta eventos con bandas en vivo. Además de ser un lugar turístico importante”.

El Centro de Artesanos recauda fondos a través de una cuota de $250. Con este dinero pagan los gastos corrientes – contador y traslado de estructuras –, y encaran el mantenimiento del predio. En cuanto a mejoras, Gabriel cree conveniente “contar con puestos fijos para una venta y exposición más cómoda. Mejor techo, por ejemplo, que permita trabajar los días de lluvia, varias cosas que nos exceden y exigen mayor participación del Estado, sobre todo por tratarse de un espacio público”.

El pase de Chascomús a fase 5 no significó todavía la vuelta a trabajar para artesanos y emprendedores, “de aprobarse el protocolo presentado armaríamos la feria en Plaza Sarmiento, frente a la vieja estación, para facilitar la llegada del vecino ante la falta de turistas”, dijo Florio, a la vez que agregó que “estamos a la espera, creemos que en breve podremos montar los puestos”. Las medidas sanitarias prevén dos metros de distancia, protector en el frente, alcohol en gel, folletería a los clientes sobre prevención y “dar la tranquilidad a quien se acerca de que se toman todos los recaudos”.

Por último, a pesar de la crisis y la merma en los ingresos, el artesano desde hace más de veinte años concluyó que “es duro, pero tenemos conciencia de que la única manera de afrontarla es la cuarentena. Apoyamos la medida, aun siendo afectados, pero por la pandemia, no por la cuarentena. También nos dimos cuenta que una asociación autogestiva, en momentos como éste, necesita una fuerte presencia del estado”.