Se trata de Miguel Scardigno, quien, tras correr Grandes Premios Internacionales del Turismo Nacional, armó durante dos años un representante del Óvalo para el Turismo Carretera, en el cual finalmente no pudo debutar. Igualmente, una década después, tuvo revancha…

¿Cuántos pilotos chascomunenses llegaron al Turismo Carretera? La respuesta es dos: Rubito Manzoni, en el siglo pasado, más precisamente en 1996 y 1997, con Mariano Fernandino de copiloto en un Chevrolet, y ahora, en este 2020, Pablito Costanzo, con Torino. Aunque varias décadas antes, Miguel Scardigno protagonizó el primer antecedente lagunero en el TC, en este caso con un Ford, aunque también supo festejar con el Chivo y lucir el 1 con el Óvalo.

En diálogo con ANTI, el tano nacido hace 89 años en la provincia de Bari contó: “Preparamos un TC. Recuerdo que luego de los Grandes Premios Internacionales de Turismo, en 1968,  le compré una coupe Ford modelo 39 a Alcuaz. Trabajamos 2 años para reformarla y correr. Embutimos el chasis en la carrocería. Guarino me hizo el capot. Adaptamos el motor F100 y la pedalera”.

Seguidamente, uno de los primeros corredores de karting en Chascomús, allá por la década del 50, agregó: “Con el auto listo, lo presentamos en un salón en calle Sarmiento y fuimos a correr a Mar del Plata por el Turismo Carretera. Y ahí nos enteramos que habían cambiado la fórmula, por lo que no pudimos competir. Ante esta situación, abandonamos. Le terminé vendiendo el Ford a un piloto marplatense para que corra un zonal”.

No obstante, en 1980 y 1981, Miguel fue parte de la categoría más importante del automovilismo argentino e incluso festejó un campeonato particular como copiloto del Colo Espinosa, que corría con un Chevrolet del empresario Antonio Alegre, luego presidente de Boca Juniors y amigo de Scardigno, que al otro año hizo gala del 1 con un Ford.

“Recuerdo que el Colo le dio la primera alegría a los fanáticos de Chevrolet con la coupé Chevy. Pero al año siguiente, en 1981, le puso el N° 1 en un Ford. Se armó un lío bárbaro. Lo que pasó es que la General Motors no le dio nada a Antonio, que tenía mucha plata y decidió cambiar de marca”, puntualizó quien tuviera taller mecánico, estación de servicio y representación de Citroën en Chascomús.

“El festejo del título fue en Los Dos Chinos de Constitución, con la crema porteña de aquel entonces. Zulma Faiad, Darío Víttori, entre otros”, añadió Miguel, que también hizo de las suyas en el deporte motor, precisamente en los Grandes Premios Internacionales del Turismo, que en ese entonces eran tan o más importantes que el TC.

CITROËN, AUTO UNIÓN Y CHEVROLET
Previamente, durante la década del 60, Scardigno protagonizó estas carreras de 10 días por Buenos Aires, Córdoba, San Luis, Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, competencias de 5.000 kilómetros ante grandes pilotos de la época y por caminos complicados compartidos con cerca de 600 autos, de los cuales llegaban, con suerte, 50.

“Luego de propuesta de Ader Fantinato en 1961, cuando no pude ser de la partida, tuve la primera experiencia en estos Grandes Premios en 1962 con Citroën, marca de la cual éramos representantes. Recuerdo que corrí con auto que le vendimos a Aníbal Gárriz, que me lo prestó luego de que se le cayera en el Río Samborombón. Con Mocho Iriarte de acompañante, fui el único que no abandonó de los cuatro de la divisional, pero me descalificaron por llegar tarde al Parque cerrado en Córdoba”, detalló Miguel.

“Luego, en 1963, 1964 y 1965, volví a correr, ahora con Auto Unión, acompañado por Mocho primero y luego por Mario Márquez. Primero abandonamos, luego entramos cuartos en la categoría nacional y después, entre los diez mejores. Ya con este auto llegamos a levantar 165 km/h, con el Citroën el máximo era 95km/h”, continuó Scardigno.

Y en lo que fue su última experiencia como piloto, tras ausentarse en 1966 por el fallecimiento de su padre, animó la categoría más importante de estos Grandes Premios.

“No tenía ganas de correr, pero Eugenio Olaechea, de la concesionaria Mercurio, me ofreció un Chevrolet 400 nuevo modelo 65 con el apoyo de la General Motors. Le cambiamos la caja de cambio, ya que la sincronizada recién salió en la versión 1966. Y nos presentamos con Jabalori, que le había alquilado el Hotel El Lago a Don Juan Luzian. Tuvimos altibajos, pero luego de diferentes inconvenientes, llegamos a Pilar, entrenado 17mos entre grandes rivales de Mercedes, Chevrolet, Torino”, terminó Miguel, uno de los primeros grandes pilotos de Chascomús.