De vuelta en Chascomús por la pandemia, el futuro arquitecto Diego Gulino está terminando la carrera virtualmente en la UNLP y aprovecha la situación para hacer trabajo de campo con miras a su tesis, apuntado sus esfuerzos y sueños a reliquias comunes de la ciudad lagunera.

Las redes sociales, en general, son el mar más buceado por casi todos, por demás en pandemia y sin excluir a aquellos que buscan encontrarse con algo que sorprenda y los motive a contar su historia.

Instagram, desde lo visual, parece el lugar indicado para recrear la vista, pese a la invasión china de Tik Tok. Y en ese terreno dominado, a veces, por la belleza egocéntrica ficticia diseñada para la ocasión,  unas simulaciones reales brillaron por su color, calor, sonido y hasta olor aunque sea en la imaginación del consumidor.

“Proyecto de intervención paisajística circundante a laguna de Chascomús y relevamiento de Castillo de la Amistad (próximo a intervenir). Imágenes y maquetas virtuales”, es el texto descriptivo del posteo en cuestión de Diego Gulino, que profundizó la curiosidad.

La saciedad deseada en la plataforma virtual llevó al contacto determinado por el dueño del circo, el mensaje en IG, cuya primera respuesta fue: “Hola… es un proyecto que hice para la Facultad de Arquitectura de La Plata. Obvio que me encantaría que se realice pero son simulaciones, así que no sé si será posible. En este caso (la idea) era resolver un problema a gran escala con algo de referencia, y bueno yo me agarré del Castillo que siempre estuvo por ser rehabilitado pero no llegó a más de eso”.

Luego, ante nueva consulta de ANTI, cual vieja chusma en el almacén del barrio, la devolución no tardó en llegar: “Soy de Chascomús, estaba en La Plata estudiando, en el tramo final de Arquitectura en la UNLP, y ahora con la pandemia me agarró acá y estoy haciendo todo virtual. En este momento curso el último cuatrimestre. Si sale todo bien, terminó a fin de año”.

TRADICIONES 2.0
Ante este primer contacto, el ida y vuelta decidió respetar las formas, las viejas tradiciones 2.0, para profundizar sobre la temática, llegando el turno del mail, toda una paquetería propia de gente que se toma tiempo para escribir y adjuntar material, una locura de otros tiempos.

En la epistolar virtual, el futuro arquitecto detalló: “Este es un proyecto urbano que desarrollé en el último año de arquitectura, el cual abarcaba buscar una problemática urbana por un lado y por otro, la elección de un edificio preexistente que va a ser intervenido en la tesis o PFC (proyecto final de carrera), como se lo llama en la facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNLP. Gracias a la virtualidad, se pudo concretar sin problemas desde el comienzo del ciclo lectivo”.

Y después Diego añadió: “El proyecto básicamente trata de generar circuitos, a partir del Castillo de la Amistad, que es el eje de donde nace todo. Con sendas a modo de parque nacional, se trata de conectar con los diferentes ´paquetes´ propuestos, siempre manteniendo la integridad de la zona ambiental. En general tenemos actividades como bar-café, mirador, bajadas de contemplación, cabañas, paseos a caballo, salidas en grupo para hacer fotografía, y polideportivo en área residencial junto al Castillo”.

En la continuidad de la presentación  de su idea, el joven Gulino remarcó: “Todo esto es un ejercicio a modo de simulacro, pero la verdad que el día de mañana si se realiza sería todo un sueño que se cumple. Todo este proyecto de cuidar el medio ambiente, respetar la naturaleza, me hace reflexionar acerca de para donde quiero ejercer una vez recibido. Las energías renovables también, ya que siempre me gustaron y hasta me estoy haciendo un aerogenerador casero. Todos estos conceptos quiero aplicarlos al PFC que recién estoy comenzando”.

CHASCOMÚS ÚNICO
Cual la mayoría de los estudiantes regresados, más aún en el confinamiento, el arqui que viene empezó a valorar lo que tiene: “Chascomús es única, tiene tantos atractivos que a veces se nos pasan por alto, ya sean intervenciones arquitectónicas o naturales. Es una ciudad con mucha historia, ya que fue la primera que conectó por ferrocarril con Buenos Aires. Tenemos la laguna, que es principal foco de atracción turística, al cual a veces nos acostumbramos y extrañamos cuando no estamos”.

Olvidando, aunque sea por un momento, lo resumido que se debe ser en las redes sociales, Diego sostuvo en su visión de la ciudad de los atardeceres: “Actualmente me gusta cómo se están reviviendo de a poco lugares que estaban sin mantenimiento. Algo que me llamó la atención fue ver un cartel para ir hacia el Castillo como algo turístico, sin siquiera tener una intervención de reacondicionamiento”.

Finalmente, Gulino, uno de los tantos encuarentenados en Chascomús que volvió para quedarse, enfocó: “Cuando se habilitaron las salidas saludables aproveché a ir a toda la zona en cuestión para relevar. Vi muchos vecinos que se acercaban al Castillo, muchos interesados cuestionándose qué pasará con este lugar, preguntándose cuándo volverá a ´vivir´. Así que con más entusiasmo voy a pensar una intervención, sabiendo que somos demasiados los que no queremos que este ícono nuestro se siga derrumbando”.