Fernando Tesón, jefe de campaña de Tata Fernandino en 1995, se metió de lleno en la batalla pre-electoral que desembarcó por segunda vez a un peronista en la intendencia de Chascomús.

Continuando con la entrevista de ANTI con Fernando Tesón, jefe de campaña del segundo intendente peronista de Chascomús, Norberto Fernandino, hace 25 años atrás, ahora es turno de meterse de lleno en la batalla pre-electoral.

“Tenía observaciones hechas cuatro años antes, lecturas que no tenían ningún respaldo empírico. Podía ir a bares y charlar con referentes notables, pero no podía validar nada. La información de aquel entonces, de consultores de Tandil y La Plata, era estandarizada y no reflejaba con claridad la estructura de Chascomús. Medían cualquier cosa. Recuerdo que había un consumo exacerbado de medios, con temas de agenda que no representaban la agenda real del chascomunense. Era mi impresión, pero no lo podía demostrar. Igualmente ahí empecé a ver las fisuras. Tuve que armar el equipo de investigación cuantitativa y cualitativa. Me refugié en gente de Ciencias Políticas, juniors que querían aprender. Cumplí una función docente, que me divertía”, recordó el licenciado en Letras y Ciencias Políticas.

“La reorientación de todos los objetivos fue a partir de la investigación de mercado, de consumo de medios y de mercado político. Con tal estudio sabía lo que necesitaba e interesaba en cada lugar, con los focus group. Hice una buena segmentación. Se establecieron zonas y barrios, con niveles socioculturales y socioeconómicos, y todo eso se validó cuantitativamente.  Noté que había muchos lectores formados, que no les iba bien económicamente, oprimidos por la dinámica social de Chascomús. Había que sacarle de encima los prejuicios y clasismos al votante, y mostrarle que Fernandino era el más radical de los peronistas, el más moderado; había que decirle a todos que todos tenían razón y tomar las decisiones correctas”, siguió quien fuera profesor en diferentes universidades argentinas.

“Los radicales nunca entendieron lo que hacíamos. Íbamos cambiando los cañones de lugar cuando veíamos que no daban el resultado correcto. Con la radio pude dar los martillazos. La ciudad se movía a partir de la noticia, buscando cambiar la agenda chascomunense, que era chica, no era importante, era más social y menos relevante. Los temas importantes pasaron a instalarse en la gente, más allá de en los bares entre los referentes de la vida del pueblo. Les quitamos esa potestad a los caudillos radicales. Cambiamos la opinión, la argumentación del radicalismo, por la noticia. Recuerdo que había una mirada conservadora y patriarcal de la sociedad por parte de los políticos y medios radicales. Nosotros teníamos una visión diferente, la de revindicar algunos temas bastante oscuros, por ejemplo las diferencias sociales, la miseria, la pobreza, la marginalidad y los procesos de marginación, que era parte del deporte chascomunense, en realidad de toda sociedad conservadora. Ellos estaban acostumbrados a tirar la basura debajo de la alfombra. Igual no usamos esas cartas, porque si bien nos tiraron, no fue con muertos. Estuvieron fair play con eso”, aseveró el asesor de Tata Fernandino en 1995.

“En lo personal, cuidé no aparecer, ser invisible como persona. Estuve en la pelea, pero no en la foto. Solo me reuní en contadas ocasiones con los decisores radicales, para darle la oportunidad de rendirse”, tiró quien luego de la campaña política en Chascomús emigrara a Estados Unidos, para después hacer lo propio en Brasil y actualmente en Perú.

MULTIMEDIO DE CAMPAÑA
Seguidamente, Tesón brindó algunos detalles más: “En la comunicación hubo grandes movimientos. Tuvimos prensa escrita, radios y televisión. Quería generar contenidos. No hubo planificación en ello, hubo una máquina de producción de sentidos. Montamos un multimedio chico, pero muy uniforme, cosa que no pasaba enfrente, donde había opinión y personalismo. Lo nuestro era basado en la noticia y en la información. Era monolítico; del otro lado, no”.

Luego, el jefe de campaña de Fernandino añadió: “El consumidor de medios estaba bastante sorprendido, y el periodismo radical, asustado. El equipo de comunicación que armamos sabía de prensa escrita, de radio, de tele. Eran jóvenes que sabían, o que aprendían, pero sobre todo que querían hacer. El rubro producción de sentido fue bastante apabullante. Se terminó de definir la campaña en la sociedad, fue la gente la que dio vuelta la campaña.  Modificamos los temas de agenda. El radicalismo invencible salió a hablar mal de Tata. Hubo mucho golpe bajo, pero no entramos en la provocación”.

Finalmente, el asesor del candidato peronista de 1995 rememoró: “Usamos la vía pública para pasar videos. Hicimos transmisiones en directo cuando vinieron Menem y Duhalde a Chascomús. El rival no tenía qué mostrar comparado con el dispositivo macro que habíamos montado. Recuerdo que había un error en la cartelería de aquel entonces, ya que no se pensaba bien el lejos, no se pensaba más allá de los 15 metros. Probamos muchos los colores e identidad en el ejido urbano. Siempre la idea fue mostrar a Tata como un líder”.

LOS PROTAGONISTAS DEL EQUIPO
Pasando al equipo de campaña, Tesón puntualizó sobre los foráneos: “En el día a día y en la parte de territorio, el que llevó el peso de la campaña fue un chico joven de aquel entonces, Martín Murcia, que venía de Comunicación y fue mi mano derecha. Lo hizo muy bien, con un estilo bastante salvaje.  En la parte de Investigación estuvo Carola Pradas, hoy casada con Martín, viviendo en España, donde tienen una consultora. En redacción, el más joven, Esteban Wood, que pese a solo tener 19 años era muy capaz y jugaba a trenzarse con los periodistas de peso y fuste de Chascomús”.

Luego, el licenciado en Letras y Ciencia Política se acordó “de los chicos  locales, entre los que estaba Juan Bordenave, encargado de toda cuestión técnica y de la producción audiovisual junto a Juanjo Quercetti.  Recuerdo que esas radios trabajaban a full, eran lugares de concentración de ideas. Jorge Bonavita fue valiosísimo, porque entregó una radio impecable (Red FM), aunque no fue parte de la campaña porque no estaba de acuerdo con los que íbamos a hacer. La Negra Herrera, una voz; el chico que conducía el noticiero, Raúl Casco, una cara de piedra, lo hacía bárbaro”.

Continuando con el detalle de lo montado para aquella batalla en las elecciones de 25 años atrás, el asesor de Fernandino expresó: “Lavalle 14 era la usina de los contenidos que luego ya envasados se distribuían en los medios del pueblo. Fuimos bajando la noción de que Tata tenía un equipo, a diferencia de la comunicación radical; era una máquina de producir sentidos. Enfrente había gente muy inteligente que escribía cosas muy ciertas, pero eran muy narcisistas, no trabajan en equipo como nosotros”.

Justamente, Tesón informó: “Teníamos dos radios oficiales, la de (Marcelo) Caggiano (FM El Lago), que le dimos un sesgo más popular (C1D), y la que armó Jorge (Bonavita), que era más de contenido anglo, una especie de Aspen local (ABC1). Los segmentos noticiosos eran los mismos, con los discursos adaptados. Y sumamos un par de programas en otras emisoras. El diario El Imparcial, de Fernando Pieske, fue fundamental, ya que necesitábamos una pieza escrita que nos dé validez. Enfrente teníamos pesos pesados, con diarios de años y plumas importantes. Nos divertimos mucho”.

Finalmente, en esta penúltima entrega de ANTI, el jefe de campaña del segundo intendente peronista de Chascomús aseguró: “Para tener nuestro espacio en la tele tuvimos que arreglar con Eurnekian. El noticiero fue un esfuerzo colectivo.  Fue como el último clavito del ataúd, el clavo final que no pudieron contrarrestar. Los radicales empezaron a cambiar su noticiero del canal local, que iba previo al nuestro; pasó a ser oficialista.  El nuestro tenía su veneno, pero el de ellos era de un país imaginario. Estaban muy enojados, lo que no les permitía pensar bien.  Finalmente solo queríamos saber por cuánto íbamos a ganar, para ello hicimos el tracking electoral. Entonces la campaña la metimos en un freezer, solo dijimos que íbamos a ganar, generamos una profecía autocumplida.  Establecimos la creencia de la victoria antes de la victoria  y varios se subieron al carro del triunfo, todo el peronismo se subió al carro del triunfo, terminando con la caravana y la marcha por el centro”.

Leé la primera parte de la nota en: El Tesón del segundo intendente peronista de Chascomús