Se trata de María Taladrid, jugadora de rugby de La Plata RC y del seleccionado nacional femenino, Las Yaguaretés.  Oriunda de Chascomús, recientemente recibida de profesora de Educación Física y con un sueño cumplido, el de representar a Argentina, y otro por cumplir, el de estar en un Juego Olímpico, algo que estuvo cerca de lograr en Tokio 2020.

La chascomunense María Taladrid es jugadora de La Plata Rugby Club e integrante de Las Yaguaretés, el seleccionado argentino femenino. Decidió probar con la ovalada hace tres años, a partir de la invitación de una compañera. Por entonces se dedicaba al vóleibol, como central y opuesta. Y…“me encantó el equipo, el ambiente de compañerismo, dentro y fuera de la cancha”, resaltó.

Al poco tiempo, María ya estaba en la selección. “La verdad, no lo creía. Caí cuando vi en los videos y fotos de mis amigas la camiseta que tenía puesta. ‘No puede ser: esto lo soñé y lo estoy cumpliendo’”, señaló.

“Siempre miraba Las Panteras y decía: ‘Algún día puedo llegar a eso’. Y después cuando me vi en otro deporte, representando a Argentina, es un orgullo, un sueño cumplido tener puesta la camiseta de Argentina”, agregó María.

Cuando se dio cuenta, había caído en La Plata Rugby, un equipo de primerísimo nivel. Y allí el desafío, el pasaje de un deporte a otro, fue un desafío aún mayor. Y “el cambio físico me mató”, admitió. De Chascomús y profesora de Educación Física recién recibida, cree que el haber compartido cancha con referentes como Magalí Fazzi y Carolina Soto fue clave para su rápida progresión en el rugby.

En la charla con los colegas de Horizonte Olímpico, salió la actualidad del rugby femenino: “Estamos dando pasos agigantados”, pero “falta”, describió Taladrid, dando su mirada sobre el deporte, y sobre cuán difícil sigue resultando que se sumen niñas a la práctica.

“El nombre de Las Yaguaretés nos daba mucha identidad, y más que nada nos daba una partida para escribir una historia. Para llegar a un objetivo grande que, en este caso, es clasificar a un Juego Olímpico o ganar un Sudamericano, que nunca se pudo. A partir de eso, escribir y hacer lo más extenso posible el nombre de Las Yaguaretés. Que lo reconozcan por todo el mundo, e incluso también a nivel local, nacional, regional. Nos une como grupo y nos da identidad; es como una fuerza extra”, aseguró Taladrid.

“Queríamos un nombre que nos represente, que digan: ‘No es el seleccionado femenino de rugby’. ‘Son Las Yaguaretés, igual que son Los Pumas’. Los dos representamos a la misma camiseta y vamos a entregar lo mismo”, sumó.

En el Europa el rugby es profesional, “las chicas viven del rugby”, informó la chascomunense, para luego contar su experiencia en el Preolímpico de Mónaco, con “un nivel increíble”. “Te incentiva muchísimo para querer jugar así, hacerles partido”, explicó para luego detallar cómo vivió ese torneo: “Y… entré llorando, creo que todas entramos llorando. La cancha, increíble. El arbitraje era el que nosotras veíamos por la tele, nos estaba arbitrando a nosotras… El vernos en la tele, que digan nuestros nombres… Fue increíble, un sueño cumplido”.

Aquella vivencia le despertó las ganas de tener una experiencia en el rugby europeo. Sin embargo, por ahora está enfocada en Las Yaguaretés. Y opinó que la posibilidad de clasificarse a un Juego Olímpico está. “Lo único que tenemos que hacer es competir más, tener más roce en cancha”. Y contextualizó el Preolímpico anterior, en pandemia: “Muchas de las chicas habían sido denunciadas por salir a correr. Nosotras fuimos y nos presentamos así”. “Para mí hicimos un gran torneo, lo único que nos faltó era jugar, tener competencia, tener partidos”, analizó.

Y también se refirió a la actualidad del rugby femenino, con el seven, el ten, el de doce y el de quince. Su preferencia por el seven y la expectativa por el desarrollo del rugby de quince. Y sus objetivos con el seleccionado argentino, URBA y La Plata Rugby.

A modo de cierre, el “orgullo” que le generó la presencia de Gisela Acuña en el staff de la selección: “Tener una mujer en el plantel es avanzar. Es dar un paso gigante”. Y contó: “Me genera mucha empatía también porque yo empecé a entrenar a los chicos y había muchos de los entrenadores de los otros equipos que decían, con reparo: ‘Pero… tienen una chica entrenando a los nenes…’. ‘Sí, es entrenadora: ella les habla, les da indicaciones, corrige, todo…”.

La entrevista completa, a continuación: