Hoy en día es mundialmente reconocido y probado que la actividad física adecuada es una cuestión de salud y calidad de vida, y no simplemente de recreación.  De ahí, nuestra visión de una necesidad de cambiarle el enfoque actual que tienen las autoridades o quienes toman las decisiones, con respecto a este tema.

La transformación que el deporte provoca en la calidad de vida de una sociedad es tan importante que la Organización Mundial de la Salud afirma que por cada dólar que se invierte en deporte, se ahorran tres en salud.

Una gran parte de la población hoy realiza actividad física en gimnasio o no, por prescripción de su médico o deportólogo, etc, no solo como tratamiento sino por prevención o una mejora en su calidad de vida. Desde obesos, hipertensos, diabéticos, cardíacos, personas en rehabilitación muscular u ósea, como los de la tercera edad encuentran en la actividad física adecuada, su medicina.  Estas afecciones son también enemigos silenciosos, aunque no estén tan a la vista como hoy día la pandemia.

Además existe un grupo no menor de personas que hacen del deporte un eje y ordenan con este su vida, encontrándose en este momento en una situación donde les falta el rumbo que las mantiene encaminada.

Es difícil de entender que, en una ciudad como Chascomús, con baja densidad de población y la cantidad de espacios verdes, además de la laguna y su camino de circunvalación, todavía no permita, en ninguna medida, a sus ciudadanos realizar la actividad física al aire libre.

Cuando nos referimos a actividad física, no hablamos solo de caminatas y menos recreativas, que muy poco hacen por la salud.  Muchas de las afecciones mencionadas, dependen del entrenamiento adecuado de la fuerza. Por ejemplo, en la tercera edad, es la fuerza y la masa muscular la que permite una mejora en la calidad de vida, como así también prevenir la osteoporosis.  En la diabetes, el músculo es el responsable de la utilización del azúcar en sangre, cualquier rehabilitación también depende de ellos, de ahí la importancia de mantener el músculo o mejorarlo.  Nada de esto se logra con solo caminar.

Entiendo como primera medida la apertura a las actividades al aire libre, a la cual no restringiría en horario ni lugar, justamente para favorecer el distanciamiento y evitar aglomeraciones innecesarias. Claro está, siempre controlando los protocolos y cuidados pertinentes.   ¿Por qué evitar? ¿O dónde está la necesidad de controlar a alguien que corre, por ejemplo, a las 7 de la mañana en solitario, del otro lado de la laguna?

Por todo esto expuesto (además de nuestra situación económica que es insostenible), creemos necesaria la apertura ordenada y bajo un protocolo adecuado de los gimnasios.

Ante todo, la aclaración de que los mismos dueños y empleados de gimnasios y centros deportivos, tenemos la necesidad de no exponernos y contagiarnos, ya que esto terminaría con nuestras posibilidades de trabajo, algo por los que estamos bogando y que tanto necesitamos.

PROTOCOLO DE LOS GIMNASIOS
Yendo al protocolo presentado por los gimnasios de Chascomús (fotos), mi visión, con diferencias, es la siguiente:

En el PUNTO 1 se plantea que se permitirá el ingreso exclusivamente a la población que no represente grupo de riesgo.
FUNDAMENTACIÓN: si partimos del punto en que los gimnasios además de centros de entrenamiento y ejercicio, son centros de atención de la salud, mucha gente en grupo de riesgo depende del ejercicio como parte de su tratamiento de salud (diabéticos, obesos, hipertensos, personas en rehabilitación ósea o muscular, etc).
PROPUESTA:  poner un horario de menor riesgo, como por ejemplo el primer turno de la mañana, donde no ha habido circulación previa, que sea exclusivo para este grupo, reduciendo así, las posibilidades de contagio, permitiéndoles atender sus patologías.

En el PUNTO 4, donde se propone que los entrenamientos o clases tendrán una duración máxima de 45 minutos, dejando por lo menos 15 minutos para el ingreso y egreso de los alumnos.
FUNDAMENTACIÓN: ambos tiempos sugeridos son insuficientes.  Tanto los 15 minutos para ventilación, desinfección y recambio de ingresantes, ya que los gimnasios más grandes no llegarán con la correcta desinfección. No queremos que los que van a entrenar entren apurados, descuidando el protocolo de ingreso.  En los 45 minutos de entrenamiento, todos sabemos que entrar en calor, realizar el ejercicio indicado, desde una rehabilitación, un entrenamiento para la salud hasta un entrenamiento deportivo, llevan más tiempo.  Agregando a esto, el tiempo usado para higienizarse previa y posteriormente, donde los gimnasio locales no cuentan con baños de gran capacidad, teniendo que realizar esto de a 1 o 2 personas por vez.  Un tiempo mayor de entrenamiento permitirá a la persona hacer un entrenamiento completo, pudiendo tal vez entrenar solo 3 veces a la semana, lo que permitirá, de ser necesario, dividir en 2 grandes grupos a las personas que acceden al gimnasio teniendo lunes-miércoles -viernes un grupo y martes-jueves – sábado el otro (por número de documento, acorde con las salidas permitidas actualmente).
PROPUESTA: los turnos serán de 90 minutos máximo, con 30 minutos para el intercambio, desinfección y ventilación efectiva. Posibilidad de dividir a los alumnos\clientes en días alternos, según DNI pares o impares.

En el PUNTO 10, por el cual los profesores\encargados estaremos presentes en todo momento para garantizar la ejecución del protocolo.
FUNDAMENTACIÓN: estos son hábitos nuevos que debemos incorporar, el mayor riesgo son las distracciones en la bioseguridad, algo muy factible cuando se trabaja con más de 2 o 3 personas por turno, más aun cuando todos están pensando en el entrenamiento propiamente dicho.
PROPUESTA: deberá haber una persona para la recepción de la gente, explicación del protocolo de ingreso y encargarse de que el mismo se cumpla. Esta persona una vez completado el ingreso, velará por el cumplimiento de las normas de funcionamiento.  En el caso de turnos con menos de 3 personas, entrenando en el mismo ambiente, el profesor podrá, una vez completado el protocolo de ingreso, dedicarse a ambas cosas.

En el PUNTO 2, sobre uso de barbijo y o mascara en todo momento.
FUNDAMENTACIÓN: estaremos en movimiento y permaneceremos en el gimnasio por un tiempo de hasta 90 minutos, y es imprescindible no andar tocándose o acomodando permanentemente el barbijo o tapabocas.
PROPUESTA: el tapabocas deberá ser anatómico, cómodo y cubrir efectivamente nariz y boca, y no deberá salirse, bajarse o desacomodarse al hablar o reírse. El alumno deberá probar el buen calce del mismo previamente.

ANEXOS
En el ordenamiento del gimnasio, se deberán establecer corredores seguros de circulación, desde el acceso a los baños y entre las distintas zonas del gimnasio o centro.  Por los mismos circulará el profesor, que deberá dar los entrenamientos sin invadir la zona de distanciamiento de los alumnos, así como evitar el contacto con los mismos.
Se deberá tomar la fiebre a los alumnos\clientes antes de ingresar, no pudiendo hacerlo en caso de presentar fiebre por encima de la temperatura estipulada para ser potencial portador.  En este caso se informará e iniciará protocolo de seguridad necesario.
Quedará a criterio del gimnasio o centro la continuidad del acceso a cualquier persona\cliente, que no se adapte al funcionamiento dentro del establecimiento, no siendo el previo pago de la mensualidad, una condición necesaria de obligación para seguir accediendo al mismo.

 

*Javier Villaverde es profesor de Educación Física y propietario del Gimnasio Indiana.