“Los viejos amores que no están, la ilusión de los que perdieron, todas las promesas que se van y los que en cualquier guerra se cayeron”, canta León Gieco para denunciar cada una de las injusticias contemporáneas de entonces, entre ellas, cómo no, el terrorismo y el ejercicio de la violencia desde el Estado, pero ojo que advierte, “todo está guardado en la memoria”. Cada 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el desafío se renueva.

“La memoria es fundamental porque permite contextualizar y no repetir situaciones, así como recuperar trozos de historia y completar el rompecabezas de ciertos períodos del pasado”, comenta Ana María Sallenave, profesora de historia ya jubilada, integrante “desde la primera hora, en 2012”, de la Comisión Municipal de la Memoria.

Y agrega: “este ejercicio no se puede limitar al 24 de marzo, es una acción constante. La fecha implica uno de los tantos momentos para hacer un alto, reflexionar lo ocurrido y buscar la verdad, como única manera de llegar a la justicia. El objetivo final debe ser la judicialización del terrorismo de Estado en la década del ´70 y es lo que se hace en el país hace muchos años”.

“Es un período reconocido como genocidio, el Estado ejerciendo terrorismo y violencia sobre la población, es importante ese punto. Si bien es uno de los momentos más sangrientos de nuestra historia, como sociedad avanzamos y logramos consensos de rechazo, repudio y justicia sobre esta violencia. Aspectos que no se ven en España, por ejemplo, con los crímenes del régimen franquista”, opina Minusa.

Cuando Chascomús no fue un paraíso cercano

En la continuidad de la charla, la profesora de historia, cuenta que Chascomús no estuvo ajeno al terrorismo de Estado y que las investigaciones permitieron saber de “cinco vecinos que fueron secuestrados, desaparecidos y, en un caso, fusilado, además de otros sucesos previos al golpe. También detalla la existencia de “enterramientos NN en el cementerio local”, así como “la causa que está en el Juzgado Federal de Dolores acerca de terrenos pertenecientes a Aníbal Gordon –integrante de La Triple A y luego responsable del Centro Clandestino de Detención conocido como Automotores Orletti–“.

En homenaje a los cinco vecinos y adhiriendo a la campaña nacional “Plantamos Memoria”, la Municipalidad de Chascomús plantará este miércoles cinco árboles autóctonos. Minusa detalla cada caso: Eduardo Alberto Hernández, “detenido en Córdoba, fusilado en un traslado nocturno, mencionado por Rodolfo Walsh en la Carta Abierta a la Junta Militar”; María Esther Iglesias y su hijo Gustavo Santi, “secuestrados en su casa y detenidos en la ESMA”; Miguel Villa y Raúl Ameri, “secuestrados en la calle y sin datos sobre el centro de detención”.

Respecto de la violencia institucional previa al 24 de marzo Ana María afirma que “existió y no se puede negar”, a la vez que ensaya una explicación, “las contradicciones son propias del ser humano. Alguna vez escuché que salir a caminar sobre las contradicciones genera templanza. No es bendito el que no las tiene, porque significa que no se cuestiona nada”.

“Esta historia no está completa”, advierte Minusa, “surgen nuevas situaciones, algunas pudimos investigarlas, otras no, todavía hay gente a la que le cuesta mucho hablar de estas cosas y, además, la realidad es que muchos de los protagonistas fallecieron y no se pudo rescatar su testimonio”.

Por siempre abuelas

En relación a algunas cadenas de whats app que invitan a reivindicar la figura de Jorge Rafael Videla y el golpe, la historiadora prefiere cambiar el enfoque: “no me extraña, en la Argentina hay un núcleo duro que descree de la democracia. Pero más me preocupan expresiones como `los políticos no sirven para nada´, `con la dictadura estábamos mejor´, es importante no dejar pasar estas frases que disminuyen la calidad de la democracia. En Chascomús, sin ir más lejos, tenemos un diario que no deja de vanagloriar el accionar militar y menospreciar los gobiernos democráticos”, expone.

Por otro lado, su experiencia docente, reciente todavía, le permite conocer el interés de los adolescentes por el tema y mostrarse optimista, “quieren comprender y saber qué pasó” expresa y sintetiza el modelo de enseñanza, “en el aula hay dos cuestiones importantes: primero memoria, verdad y justicia, recordar y describir las fechas emblemáticas; después generar en los chicos algunas dudas, ponerlos en conflicto, que tengan que hablar del tema en la casa, reflexionar y pensar en estas situaciones”.

Y para finalizar, “cantando al sol, como la cigarra”, emulando otra histórica canción de época, están las madres y abuelas de Plaza de Mayo, “constituyen un símbolo absoluto de no rendirse, de mantener firme las convicciones. Representan un quiebre en la reivindicación de los derechos humanos y se convirtieron en un emblema a nivel mundial, siempre dentro de la más estricta legalidad y con un objetivo claro. Desde determinados sectores han intentado desacreditarlas, pero se convirtieron en ejemplo de lucha”, concluye.´