Domingo de cielo gris para recordar otro de  cielo plomizo en la primavera recién nacida…

…Recuerdo aquel domingo de primavera recién nacida. Nosotros éramos concesionarios del Camping Monte Corti… Una de mis primeras actividades del ese día, después de las 9, fue pasar por la Panadería de la Estación… Estaba ahí, conversando con Lito cuando llegó Gerónimo Jorajuría, propietario del Hotel Costanera, como yo,  en busca del pan… Nos contó del movimiento que se veía en Yrigoyen y Garay y, dijo que se decía, habían matado a un chico…

Algún tiempo después, decía yo en una crónica…

…Era en 1997. Setiembre. Domingo 28. Amanece en la casi flamante primavera un domingo de cielo plomizo. Un cuerpo joven, sin vida, ha sido hallado a un costado de las vías del ferrocarril. Pocos creerán ese día que ha sido el tren. Después, nadie. Desde entonces, la búsqueda de la verdad, saber quién mató a Emilio Elías Blanco, sería compromiso y desafío de todos. Chascomús se pondría de pie y en marcha, una y otra vez.

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….A veintitrés años de aquel día, en memoria y en recuerdo, nos parece oportuno reiterar lo que decíamos el martes 30 de setiembre de 1997 en El Cronista… “Nadie oyó gritar a Emilio. Nadie lo vio morir. Demasiados nadie. Demasiadas calladas por respuesta.
En la medianoche  del sábado salió de su casa, con permiso hasta determinada hora y para encontrarse con sus amigos en el centro. Había desistido de reunirse antes en la casa de uno de ellos para disfrutar de unas pizzas, acaso mientras veían un partido de futbol por la tele, o escuchaban música.
…Emilio Elías Blanco nunca llegó al centro. Nadie puede saber hasta ahora que capricho del destino, que raro designio podría haberlo llevado a caminar en sentido contrario al que habitualmente lo hubiera dejado con sus amigos. Y Emilio no era un chico de actitudes imprevisibles.  Sus padres habrían de preocuparse cuando no volvió a la hora prevista, ni un poco más tarde.
… A las ocho y media de la mañana un chico vería su cuerpo junto a las vías. Le diría a un comerciante que llegaba a su negocio. Este comprobaría aquella presencia. El Director de la escuela llegaba al lugar. Impuesto de lo que le dijeron se acercó al sitio sin saber que uno de sus alumnos, uno de los chicos de cuarto, Emilio, sería quien había encontrado de manera todavía incomprensible, el final para sus días…
…Los guardabarreras dirían no haber visto a nadie caminando por las vías. Los vecinos asegurarían no haber escuchado a nadie gritar, llorar o clamar. Tampoco el maquinista del tren de la una. Ni el de las cuatro. Un informe pericial breve, conciso, diría que el tren…

Nadie oyó gritar a Emilio.
Nadie lo vio morir.

Demasiados nadie. Demasiados silencios. Hipótesis. Hipótesis. Como si tratara de un teorema ajeno a la vida. Pero es la vida. Es la vida de un joven de dieciséis años tronchada, no se sabe cómo, no se sabe cuándo, no se sabe dónde, no se sabe por qué.
…Y en nombre de la vida. De la vida de tantos, de todos, es preciso no quedarse en la crónica, ni en el informe pericial, ni en el no te metás. No ser ajeno.
…Porque Emilio Elías Blanco, dieciséis años, estudiante, era vida. Y cualquiera haya sido la encrucijada que le tendió la noche, esa trampa era la muerte.
Si usted es padre, Emilio era también su hijo. Si vos sos joven, Emilio eras vos. Su descanso en Paz, la resignación cristiana de sus padres, la tranquilidad espiritual de sus amigos, se alcanzará alguna vez, si encuentran y encontramos las respuestas de tanto porqué, de tanto cuándo, de tanto dónde, de tanto cómo. Pero también en su nombre y en el de tanta vida nueva tronchada, es preciso que nos encontremos en la actitud, el comportamiento, la decisión, el compromiso de aprender a vivir y afrontar la responsabilidad de buscar la verdad. De decir y decirnos No. De decir y decirnos Basta”…

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Bajo el lema de Sólo la Memoria mantiene vivo el Corazón… su madre, Mónica Blanco, habría de encabezar sin descanso, ese andar que llevaría a tropezar con una Justicia a veces ciega, a veces sorda.  Una cruzada contra los que oponen al camino hacia la verdad, los atajos a cualquier lugar… …Digo ahora que con algunas respuestas logradas, otras permanecen aún pendientes, pero lo que permanece igualmente firma, esa actitud de búsqueda de la verdad para que haya Justicia…  Desde aquel domingo de primavera. Como este, con cielo plomizo… Emilio Elías Blanco tendría hoy 39 años.