Es la información oficial del Servicio Penitenciario Bonaerense, que igualmente tiene un hacinamiento notable con el doble de presos que lugares disponibles.

Las discusiones sobre la posibilidad de otorgar el beneficio de arresto domiciliario a internos del Servicio Penitenciario Bonaerense con el argumento de evitar contagios masivos en lugares donde el hacinamiento es una realidad, ha velado datos estadísticos que se conocieron con el correr de la pandemia. En las cárceles bonaerenses los casos de coronavirus han sido ínfimos: tres penitenciarios y un interno.

Desde que comenzó la pandemia y fueran implementadas las medidas de aislamiento social obligatorio las Unidades Penitenciarias de la provincia han sido uno de los lugares donde menor cantidad de casos se han detectado. Y ante ello se tomaron las medidas preventivas con el entorno laboral que incluyó el aislamiento de los compañeros con quienes tuvieron contacto y la desinfección. “Se trata de un caso acotado y de respuesta sanitaria inmediata” había dicho el titular del SPB Xabier Areses ante el primero de los casos.

El 14 de abril se conocía el primer caso positivo en un agente de la Unidad 12 de Campana. El hombre de 46 años cumple funciones en la Guardia de Seguridad Exterior sin contacto con internos. Solo estuvo en contacto con diez compañeros de la guardia que cumplieron el protocolo y no presentaron síntomas. Habría sido producto de un contagio comunitario se informó en esa ocasión.

El día posterior se conoció el caso de una agente de 39 años de Ensenada que presta servicio en la Unidad 22 de Olmos en el área de seguridad, en puesto de conserjería. Por el lugar donde presta servicio no tuvo contacto con internos y los ocho compañeros de guardia fueron puestos en cuarentena no presentando síntomas.

Por último, el 19 de abril un suboficial mayor de 46 años que cumple funciones en la Alcaidía Departamental 3 de Melchor Romero. Se reportaba como caso positivo. Es escribiente en el área de vigilancia sin contacto con privados de la libertad. Hubo 15 compañeros de lugar que fueron puestos en cuarentena y ninguno presentó síntomas. Se presumió que se había contagiado de su pareja quien es enfermera en el Hospital Gutiérrez.

Con este panorama hasta ese momento no había ningún caso en internos, hasta que el mismo 19 de abril se diagnosticó con coronavirus a Julián Arakakis. Es un interno de la Unidad 42 de Florencio Varela que se realizaba diálisis 3 veces por semana y se confirmó que el contagio se dio en una de esas salidas. Arakakis está preso con condena de perpetua por el crimen de su hija de 8 años en un acto de venganza hacia su ex esposa. En ese momento hubo 10 penitenciarios y 5 presos que tuvieron contacto con este hombre que fueron aislados. Ninguno resultó contagiado.

“Desde el comienzo de la pandemia se realizan frecuentes tareas de desinfección con agua y cloro; y con mayor intensidad en las salas de los sectores de sanidad” dijeron fuentes del Servicio Penitenciario de la provincia y eso quizás haya sido uno de los motivos de la falta de contagios. Otro de los factores estaría dado por el escaso ingreso de agentes de contagio. El aislamiento que cumplen obligatoriamente por sus condenas, aunque en un medio que presenta un hacinamiento del doble de personas alojadas que las plazas permiten, también pudo haber influido.

 

(*) Ricardo Carugatti es periodista especializado en judiciales