Una situación así no es fácil para nadie, inesperada, durísima, nadie sabe cómo reaccionar ni cómo adaptarse a ella. Avanzó y avanza tan rápido esta pandemia que se hace cada vez más difícil pensar en el futuro y planificar a largo plazo, no solo para mí, que soy un chico de 18 años, sino para todo el mundo; desde mis papas hasta el gobierno de mi país. Es algo tan grande lo que estamos viviendo que no sabemos cuándo puede terminar; si bien en Europa está todo más “normalizado” sigue habiendo rebrotes, es por eso que digo que no sabemos cuándo puede terminar; aun sabiendo de que puede salir una vacuna que frene a este virus; pero por el momento no salió.
La pandemia, para mí, empezó desde que me tuve que volver de La Plata hacia mi ciudad, Chascomús, con la esperanza de que en 14 días volvería a mi departamento y seguiría con mi rutina normalmente. Pero lamentablemente no fue así; pasaban los días completamente encerrado en mi casa, y hablando con mis papas me decían que era insostenible que esto durara 2 meses, como se decía en aquel momento, y acá estamos. Hoy en día una cuarentena más flexible (quiero creer que es así en todo el país) pero increíblemente hace pocos días el gobierno anuncio la extensión de la cuarentena hasta el 11 de octubre, algo poco creíble, desde mi punto de vista.
Al principio no podía creer que esto estaba pasando, que no podamos salir de nuestras casas, no podamos ver a nadie más que no sean con los que convivía; pero con los días me fui adaptando y reconociendo que esto iba para rato. En cuanto a mi vida personal, al principio hacía poco y nada, ya que la facultad como el club al que juego al futbol, estaban tratando de reacomodarse y ver cómo podían seguir con sus respectivas actividades en todo este tiempo. Así que lo único que hacía era jugar bastante a la play, dormir, de vez en cuando hacer ejercicio en mi patio.
Con el paso de los días apareció la aplicación “zoom” que creo yo que solucionó muchos problemas. Comencé a tener una rutina semanal con cursadas virtuales en el caso de la facultad y a la tarde entrenamientos por zoom con futbol y no faltaban los findes de picada y zoom con mis amigos por la noche. Eso de tener una rutina todos los días mejoró muchísimo mi estado de ánimo, y hacían que mis días no se hicieran tan largos.
En cuanto al estudio en sí, creo que me perjudicó el hecho de que mi primer año de facultad sea totalmente virtual. Si bien se me hacía más fácil tener parciales/finales on- lines, por el hecho de no tener que estudiar si o si todo y poder tener apuntes al lado; creo yo (o al menos esto me pasaba a mí) que al estar todo el tiempo en mi casa y tener tanto tiempo libre, siempre postergaba mis horas de dedicación a hacer trabajos de la facultad. También se me dificultó el hecho de tener que estar tanto tiempo sentado mirando a alguna profesora explicando temas nuevos; y se hacían muy aburridas las clases, por lo que no presto la misma atención que si la clase fuera presencial.
Por el lado de lo deportivo los primeros meses estaba con muchas ganas de empezar a entrenar por zoom, ya que le hacía bien a mi salud; pero repito, al llevar tanto tiempo sin volver a mi club, entrenando solo o por zoom, se hace muy difícil para seguir manteniendo el ritmo. Por ello, me gustaría, ya que sé que se han presentado protocolos para poder volver de a grupos reducidos, que se pueda habilitar esto; también debido a que veo que muchísima gente está entrenando al aire libre, que me parece que está perfecto, pero se podría habilitar la vuelta a los entrenamientos en ciudades donde los protocolos, las instalaciones y la situación sanitaria esté dada para eso, y yo creo, en mi caso, que mi club podría hacerlo. Además, creo que esto no es solo una cuestión deportiva, sino que económicamente también; es prácticamente imposible que muchos clubes puedan seguir resistiendo esto después de 7 meses sin abrir sus instalaciones.
Por último, refiriéndome al tema “fiestas” o “salidas”, que para gente de mi edad no es un tema menor, creo yo (o la gente que conozco piensa parecido) que aunque nos cuesta aceptarlo, hasta que no haya vacuna no vamos a poder volver a los bares o boliches. A su vez también creo que con los cuidados necesarios, los bares de a poco van a poder abrir y muchos adolescentes como yo vamos a poder ir a ellos a juntarnos con amigos allí.