Entrada publicaInvestigadores/as bonaerenses están desarrollando un sistema mixto de producción de peces y vegetales, conocido como acuaponía. Los expertos planean demostrar su funcionamiento, capacitar y transferirlo a familias, comedores u organizaciones sociales para su implementación. Mediante este sistema se podrían obtener 20kg de pescado cada seis meses y 25 plantas de lechuga por semana, sin utilizar fertilizantes químicos ni desperdiciar agua y mejorando la calidad nutricional de la población. Se trata de uno de los 147 proyectos seleccionados por el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación en la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre”Desde el INTECH Chascomús diseñan un sistema de bajo costo para la producción combinada de peces y vegetales. Los y las científicas lo pensaron para ser utilizado por familias, comedores u organizaciones sociales.
Desde el INTECH Chascomús diseñan un sistema de bajo costo para la producción combinada de peces y vegetales. Los y las científicas lo pensaron para ser utilizado por familias, comedores u organizaciones sociales.
Investigadores/as bonaerenses, más precisamente del INTECH Chascomús, están desarrollando un sistema mixto de producción de peces y vegetales, conocido como acuaponía. Los expertos planean demostrar su funcionamiento, capacitar y transferirlo a familias, comedores u organizaciones sociales para su implementación. Mediante este sistema se podrían obtener 20kg de pescado cada seis meses y 25 plantas de lechuga por semana, sin utilizar fertilizantes químicos ni desperdiciar agua y mejorando la calidad nutricional de la población. Se trata de uno de los 147 proyectos seleccionados por el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación en la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre”.
Este sistema de producción mixto (acuaponía) está difundido en el mundo, pero en Argentina hay muy pocas experiencias. Es económicamente accesible y esta es una ventaja, pero no la única: también es de bajo impacto ambiental en comparación con otros sistemas similares. La clave está en la utilización racional del agua y que no se emplean fertilizantes químicos.
“Es una alternativa de producción económica y sustentable que podría mejorar la calidad nutricional de la población y a la vez generar puestos de trabajo o mejorar la economía familiar”, aseguró Fabián Canosa, líder del proyecto y doctor en Ciencias Biológicas en el Instituto Tecnológico de Chascomús -INTECH- (CIC-CONICET-UNSAM).
Canosa amplió la finalidad del proyecto que tendrá una gran incidencia en la economía popular: “La idea es que el sistema sea a una escala familiar o comunitaria (organizaciones sociales o comedores). Será de bajo costo, que se puede fabricar con materiales reciclados en el fondo de la casa. Además, será adaptable a las circunstancias de cada lugar y familia. La producción que se genera sería bastante grande y podría ser empleada para consumo personal o para comercializar”.
Acuaponía en Chascomús: ¿qué es y cómo funciona?
“El agua de Chascomús suele ser salina, bastante dura, y en la cuenca deprimida del Salado en general es así. Este sistema es una alternativa para diversificar este tipo de producción para utilizarlo en zonas con suelos pobres o sin grandes extensiones de tierra: el sistema se concentra en un espacio relativamente chico”, adelantó Canosa.
“Este sistema de cría y engorde de peces y producción de plantas consiste en una unidad de 20 m2, con un tanque de 1 m3 para los peces. Sin embargo, es un sistema modular. Esto significa que se puede aumentar la escala de producción fácilmente, aumentando las unidades productivas”, explicó Canosa. Y agregó que en esta unidad “se podrían producir 20kg de pescado en seis meses y 25 plantas de lechuga por semana”.
“La acuicultura en general es muy costosa”, advirtió Canosa. Estos sistemas convencionales utilizan mucha agua cuando son abiertos: el agua entra fresca y limpia, expulsando fuera del sistema los desechos que generan los peces. “Esto no es bueno porque consume mucha agua y es contaminante”.
El sistema acuapónico, en cambio, recircula el agua, reutilizándola y purificándola mediante filtros biológicos y por el accionar de las plantas. “Es un sistema de economía circular donde el desecho de los peces pasa a ser el insumo que utilizan las plantas para crecer”, explicó.
“El filtro son las plantas”, dijo. Estas tomarán los nutrientes que están en el agua: el desecho de los peces es un fertilizante “natural” que contiene compuestos nitrogenados y fósforo, ideal para el desarrollo de las plantas. Pero ¿De qué manera circula el agua? “El agua de los peces se bombea por una serie de decantadores y filtros hasta llegar a las plantas para que se nutran; luego, el agua ya más limpia, vuelve al estanque de peces”, describió el experto.
En este sentido, la acuaponía “es un sistema con bajo impacto ambiental porque no desperdicia agua (en comparación con la acuicultura o el riego) y se reduce el uso de fertilizantes”, sintetizó.
“El sistema que proponemos no es nuevo, se utiliza en otros países. Sin embargo, en el nuestro no hay mucha experiencia en esta metodología productiva, y habría que adaptarlo a las condiciones locales. Para ello, buscamos generar una infraestructura productiva que nos permita poner a punto el sistema y sirva como modelo, para mostrar que funciona, conocer la factibilidad económica, dar capacitación y transferencia”, aseguró Canosa.
“Lo implementaremos dentro de un invernadero, con ambiente controlado, para reducir la cantidad de patógenos dentro del sistema que pueda perjudicar a las plantas y además permitirá prolongar la producción de hortalizas”, indicó.
¿Cuál será su producción y valor nutricional?
La combinación de peces y plantas es importante: “Hay que mantener un equilibrio. En un principio, con peces pequeños, hay escasa producción de desechos (nutrientes para las plantas) esto implica tener pocas plantas. Así, la cantidad de plantas se va incrementando hasta que el sistema adquiera la dinámica de producción deseada”.
“El proyecto, para que sea accesible, empleará tilapia, una especie oriunda de África, de agua dulce que es fácil de criar y se desarrolla rápido”, dijo Canosa, y aclaró por qué no sería posible criar especies locales como el pejerrey, por ejemplo: “estos se desarrollan mejor con agua salobre. En el INTECH los criamos con agua que tiene la mitad de sal que el agua de mar. Los peces en esta condición andan bárbaros, pero no podríamos producir plantas”.
“Por el otro lado, planeamos cultivar plantas de lechuga, acelga o frutillas. Esto dependerá del análisis de mercado que haremos y que determinará los costos de producción y comercialización”.
Este tipo de producción garantizaría un alto valor nutritivo a la familia que implemente el sistema. “Desde el punto de vista nutricional, el pescado tiene minerales, vitaminas y ácidos grasos poliinsaturados, omega 3. Pero también es tener acceso al pescado que en general es caro. Tener este sistema implica modificar hábitos de consumo; no tenerlo significa seguir consumiendo alimentos que no son tan saludables”, aseguró el experto.
En el proyecto que lidera Fabián Canosa participan el Dr. Jorge Moriconi; la Lic. Carolina Barbosa y el Ing. Leonardo Gualano, del INTECH. También lo hacen el Ing. Maximiliano Bongiorno y el Ing. Martín Andersen, ambos de la Estación Experimental Agropecuaria, Cuenca del Salado, INTA.
Fuente: CIC