Un día, cuando como tantas veces pensaba en el esfuerzo destinado a que algunos fervores no se duerman, entré a recorrer días viejos de esos que no se borran y ocuparían para siempre el territorio de mi tiempo.  Fue cuando una de las tantas convocatorias de Pepe Roldán, para integrar la comisión de Alumni… Y pensé que por algo sería que en cada caso han quedado grabadas imágenes imborrables, siempre vivas. No mentiré diciendo que me topé con sólo un recuerdo. Pero empezaré con una imagen que perduraba hasta entonces y que hasta hoy que me acompaña. Ocurre desde un día en 1957, y siempre vuelve, una y otra vez, cuando me pregunto porqué soy de Alumni. Y confieso que aunque no sepa porqué, si sé que desde entonces ya lo era…

…La cancha de Deportivo, un partido con El Algarrobo, la necesidad de un resultado para gritar por primera vez campeón, y un esfuerzo singular para lograrlo aunque en los papeles el rival parecía sencillo… Esa cancha con vestuarios de chapa, un paredón que servía de asiento a los colados, sin tribunas y aquel grito que se colaba en el tejido para quedar colgado en los alambres… ¡¡Arriba los Corazones de Alumni!!. Papá,  que estuvo en la comisión de Alumni en los ´40, me contó que era Carlitos Arístegui. Con los años conocí a su hijo. Años después a su nieto. Y más allá del trato circunstancial y no permanente que tuve con ellos, siempre los sentí cercanos en el afecto. Como destinatarios permanentes de mi gratitud por aquel grito del alma. O el consciente homenaje al viejo Carlitos desde la memoria. Me pasaba con el Café de Chappa,  donde me recuerdo festejando aquel día antes que en la sede de la calle Mazzini y el privilegio de ese festejo con sólo 7 años. Se me aparecen Néstor en el mostrador y mi tío y padrino, Coco, morador cotidiano de aquel reducto de la bohemia pueblerina. Y de Alumni. Como Capicúa y el Inglés. Como con los Arístegui, me pasa hasta cuando me corto el pelo con Miguel, más allá de su suerte de arquero, o con Andrés o Sebastián si me preguntan cómo jugaba Coco. O con Marcelo. O con Yiye con quien me he cruzado más seguido desde su vuelta de Mar del Plata…

…Pasan los años en el carrousel imaginario construido de memoria y de tanto en cuando saco la sortija… otro triunfo, o agacho la cabeza ante la suerte esquiva. Me cruzo con Juan Gauna, me acuerdo de Polo o me enorgullece el Colorado jugando entre los grandes. Se van borrando nombres del 57 aunque creo que no olvidaré más a Chelotti, Chiezza, Leguizamón. Me bajo en la estación que viene. Quedan en el andén del recuerdo los Passerini, De la Canal, Etchenique, Cacho Arocena, o Mendoza y Coco. O Corral, de cuyos quilates tomo nota en crónicas ajenas. Cómo de Néstor González.

… Ya grande y padre, con mi hijo mayor ya de dos años… Algo parece decir que el 77 será de Alumni. Y vaya si lo sería… Hay victorias y empates, pocos goles y ninguna derrota. De la mano de Morrongo Bilbao, Alumni es campeón  invicto. Con Flavio y Marcelo Giacobone, Gustavo Haedo, el flaco Marchessi. Cepillo Faga, Guillemet… Giribaldi de utilero, con un botiquín con menos vendas que recuerdos… Y tuve la fortuna de ver todos los partidos, la mayoría con mi hijo al lado. Si algo hubiera querido tener entonces, es la voz del tiempo, para dejar estampado el grito en su memoria: ¡¡Arriba los Corazones de Alumni!!…

…Vuelvo, y una y otra vez sumándose a los primeros alumnistas que integraron su directiva en agosto del 31,  Carlos Gómez, Nicolás Lasalvia, Pedro Roldán, Antonio Villarreal, Carlos Arístegui, Pedro Guazzone, Julio Zuloaga, Oscar y Néstor Lahitte, Vilgré Montenegro, Marcelo Robledo, Servando Méndez. Héctor H. Longo, Néstor Placenave, Cosme Castaños e Israel Páez, vuelvo a Pepe, a Juan Gauna y el Negro Otero, Marcelo Chappa, Orlando de Castro, César Bordachar, Don Pedro De la Canal… y como siempre un grito que se vuelve música de fondo para los recuerdos, un grito que estremece… ¡¡ Arriba los corazones de Alumni!!…

José Eduardo Bonavita, hincha y ex presidente de Alumni, volcó este emotivo recuerdo en su Diario de Cuarentena (https://www.facebook.com/Diario-De-Cuarentena-de-Jos%C3%A9-Eduardo-Bonavita-112790497114121)