Por José Eduardo Bonavita
…Pasar por esa esquina no puede menos que invitar a la nostalgia… Nada es igual en ella, ni en la cuadra, ni sobre Alvear mirando a Lastra ni sobre Arenales mirando a Libres del Sur… Ya el bar no es el Café de Chappa, ni más allá nos espera la Confitería de Atlético… El Cine ya no es Cine, y no está la Perfumería Alice… ni la Peluquería de René de nuestra infancia, ni la de Miguel años después… Tampoco la fábrica de mosaicos de Greco… Apenas si perduran los empedrados, lustrosos de años y trajines… y no está, claro, Blanco y Negro… Hace un tiempo largo que nos ronda la idea de recordar a Blanco y Negro y en estos tiempos de ¿cuarentena? que para quienes integramos grupos de riesgo parece de nunca acabar, resulta oportuno y propicio saldar nuestras propias recordaciones pendientes…
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“…Hola José Eduardo, gracias por recordar a nuestra tan querida y siempre ponderada tienda Blanco y Negro… Me parece escuchar el parlante de la Publicidad Bonpromocionando los famosos «Lunes Bravo»… nos diría María Cristina Bonito, a quien agradecemos la gentileza de su atención, lo mismo que a su hermana Analía, que es la que nos sugirió, y bien que acertadamente, que María Cristina podía ser una fuente de información precisa… aunque ella misma, Analía, habría de serlo, a través de un trabajo biográfico que realizara de su abuelo, el fundador de Blanco y Negro hace unos cuántos años, el que contiene incluso algunos aportes de puño y letra de su padre, Antuco, quien habría revisado aquel trabajo… un álbum de familia al que también agradecemos por haber podido acceder….
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“… Mi abuelo, Don José Bonito había nacido en Badajoz, España, en 1888, y a los 18 años, vino a América nos había dicho María Cristina, y con ese dato habríamos de comenzar a recorrer otra historia de vida que muy pronto nos habría de conmover…
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…Francisco Bonito Cordero y Gertrudis Nuñez, eran los dos oriundos de Olivenza, Badajoz… Se casaron. Francisco era veinte años mayor que Gertrudis… Fueron siete veces padres, para cinco niñas, María, Concepción, Lucía, Carmen y Dolores, serían los arrullos de cuna, así como para dos varones. Francisco, que habría de fallecer a los 37 años, y José, que era el menor de los integrantes de aquella familia numerosa y que es de quien habremos de ocuparnos ahora, porque su vida allí iniciada en 1888, transcurriría en buena parte en la Argentina, adónde luego de varios destinos que siempre fueron transitorios, arraigó en Chascomús, viviendo aquí durante casi cuarenta de los sesenta años que transcurriera, desde su llegada a América, en 1906, hasta su fallecimiento en 1966…
… Se llamaba en realidad José Vicente Felipe, contaba en una breve biografía portadora del árbol genealógico, que realizara una de sus nietas, Analía, quien señalaba que “se quitó dos nombres porque le parecían feos y pasó a ser José… Abuelo José para nosotros y el señor Don José para la gente de Chascomús y para los empleados de su negocio”…
… Había nacido en Olivenza el 22 de octubre de 1888 “en el seno de una familia tradicional, que se dedicaba al cultivo de viñas y olivares en fincas de su propiedad las que según cuentan hacían producir con abundancia”… sigue relatando su nieta, que afirma que su abuelo se destacó desde niño por su habilidad para los números en particular y por su inteligencia en general y que tenía dieciséis años y sobresalía entre los empleados de la tienda de Ramos Generales Tres Campanas de Badajoz… y todo hacía presumir que allí tendría un buen porvenir… “Pero su espíritu inquieto y aventurero” continúa el ensayo familiar que nos ha permitido conocer una historia de vida desde el principio, “sediento de conocer lugares nuevos, hizo que a los dieciocho dejara España y arribara sólo a América, contrariando incluso a sus parientes que opinaban que él “no necesitaba la América pues ya la tenía consigo”…
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… Lo cierto es que llegó a la Argentina, su trabajo sería en la Casa Boo, luego se radicaría en Entre Ríos, en Gualeguaychú concretamente… diría la primera síntesis acerca de su arribo…. Luego tendríamos más precisiones…. Según refieren aquellos testimonios familiares “según cuentan a los 100 días de haber llegado a la Argentina con buenas pesetas…. merced a algunos contactos obtuvo la gerencia en Mercedes, efectivamente, de una Tienda de Ramos Generales de la Sociedad Boo Hermanos, siendo el encargado de abrir la sucursal… Desde los 18 hasta los 26 se dedicó a trabajar y a viajar por esta tierra promisoria. También aprendió inglés y en 1912, cuando tenía 23 años, visitó Londres con intención no sólo de conocer sino de consolidar posibilidades y perspectivas de negocios.
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José había dejado a su novia, una jovencita de 14 años entonces, en España, prometiéndole a Ana María, que así se llamaba, que volvería a buscarla, cuando tuviera la edad para unirse y hacer de la vida de los dos, una vida compartida… Durante todos aquellos años, no habían dejado de escribirse cartas… Y habría de cumplir José… Tanto que en 1914, volvió a España para casarse con ella y volvieron a Argentina para instalarse en Gualeguaychú….
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… Nos cuenta María Cristina que su abuelo ya tendría en ese pago entrerriano su Tienda Blanco y Negro…. En realidad, asociado a los Hermanos Groba, fundadores de las Tiendas Blanco y Negro… Que allí nació Francisco José, a quien llamaban Paco, en 1915, que falleció joven… Luego, siempre en Gualeguaychú, nacieron Ana María, en 1916 y Antonio, en 1918… … Se mudaron a Buenos Aires, y José se hizo cargo de otra sucursal como Inspector y comprador para las 23 sucursales de la firma Romero, Vitienes, Díaz y Compañía, sucesores de la firma Groba, a la que antes hacíamos referencia…
… En Buenos Aires vivieron en la calle Caseros, cerca de Parque Lezama, y allí nació Enrique, en 1923… Antes había nacido otra hija, Merceditas… En 1922, cuando José Bonito tenía 34 años, se trasladó al norte haciéndose cargo de una estancia en el Chaco Santafesino, cerca de Ceres… Allí falleció Merceditas… Permanecieron dos años en Ceres y regresaron a Buenos Aires… En 1925 viajaron a España y vivieron durante quince meses en la casa paterna de Olivenza, en Duque de Carabajal 3…. Regresaron en 1926…
…De vuelta en la Argentina, José Bonito se independiza, deja la firma de Vitienes, Díaz y Compañía y funda una casa propia en Dolores, mientras permanecía en Buenos Aires, abriendo sucursales en Chascomús, Ranchos, Lezama, Castelli… ….En 1927 se funda la Tienda en Chascomús y en 1929 la familia Bonito se radica en Chascomús…
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… Más allá de los datos precisos con que hemos podido contar merced a la buena disposición de los descendientes de Don José y sus hijos, de la mano de otros recuerdos podemos acercarnos al contexto de aquellos primeros años en esta tierra que sería para ellos definitiva… … “Recuerdo como hoy aquella brumosa tardecita de julio de 1940, cuando me invitó Edgardo Bigi, el fiambrero de la antigua esquina de Crámer y Mitre, a participar de una reunión de los comerciantes… Yo comerciante?… Me sentía más refugiado en esta bella rinconada entre lagunas y campo, alejado de los cañonazos de Europa y la convulsión en una gran urbe. Allá había cerrado mi librería, olvidando los libros y haciéndome improvisado barman para un turismo soñado, en esta Costanera con historia del antaño y los flamantes parques… Yo, principiante entre los «grandes» de mi nuevo hábitat… Alfonso Pérez de la Casa Rodríguez, José Bonito de la Tienda Blanco y Negro… los hermanos Sommi… los Palacio de La Reina que me fiaban el pan…Milciades Gutiérrez, el bien surtido almacenero. Los Plorutti”… contaba entre otras cosas don Juan Luzian en una nota recordando la fundación de la Cámara de Comercio, cuando esta cumpliera 50 años… Tomamos el párrafo, por cuanto nos permite tomar nota que ya en 1940, una década después de su arribo a Chascomús, José Bonito ya se veía integrado a esta comunidad y reconocido en su condición de comerciante…
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…Veríamos luego que, siempre hablando de la Cámara de Comercio, hacia 1948, Ricardo Sommi pone en posesión de su cargo a la nueva comisión el 28 de diciembre, hace ahora setenta y dos años, y que la misma sería presidida por José Bonito, siendo vicepresidente Serafín Raúl Alfonsín, secretario Alcides Elizalde, prosecretario Héctor Arrarás, Tesorero Delfor Gárriz, protesorero Ricardo Sommi y vocales Paulino Calderón, Alberto Bellingeri, Miguel Saulo, Luis Tasca, Jacobo Haye y Amadeo Gerosa… Se van produciendo modificaciones en su constitución, siempre bajo la presidencia de Bonito hasta febrero del ´53, cuando asume Alcides Elizalde, integrando más adelante, en 1958, el Tribunal Arbitral José Bonito. Mientras tanto, en 1956 cuando asume la presidencia Rubén Sommi, será Secretario, Antonio Bonito…
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… José Bonito y Ana María Gil Ramallo, pondrían aquí raíces para su familia, y aquí crecerían sus hijos… Antonio, se casaría con Eugenia Camio, Niní, Enrique con María Piccinin, Marieta… Llegarían los hijos y los hijos de sus hijos…
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…La vida, se sabe, tiene altas y bajas…depara llenas y vacías… Contábamos al inicio de la muerte joven de Francisco, el hijo mayor de José y Ana María… con los años, y en memoria, el hijo varón de Antuco llevaría aquel nombre… Vaya un recuerdo para él, Paco también, cuya vida se apagara en plena juventud… Fue en los setenta, cuando en trágico accidente automovilístico perdiera la vida junto a María Beatriz, su hermana menor…
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… Y seguimos con la Tienda… Si bien como decíamos, la fecha del arribo y la apertura de la tienda, datan de las postrimerías de la década del 20, se sabe también que “en 1985 cerró sus puertas… y recuerdan que un tiempo antes había cumplido sus bodas de oro”…. … El abuelo, “fue la cabeza de la firma hasta su fallecimiento, en 1966… tía Ana María se ocupaba de la contabilidad, papá de la parte comercial y tío Enrique manejaba la casa de Ranchos… La tienda tenía zapatería, mercería, blanqueria, perfumería, ropa de hombre, mujer y niños y telas, para incluir posteriormente un sector de regalería…”
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…. Cuando pensamos en una nota recordando a Blanco y Negro, antes de contactar con los descendientes del fundador y los sucesores, hablamos con un amigo, Martín Palmero, quien trabajó allí desde 1967, cuando cumplió 14 años, hasta 1974… De su mano, a través de los mensajes que en tiempos de pandemia han reemplazado a los encuentros, fuimos sumando otros nombres y circunstancias más cerca en el tiempo… Víctor Palacios era encargado Ropería, Ulises Chioza, de Telas, Haydée Francese de Perfumería y Mercería, Roberto Uriarte de Zapatería… Teresita Lequio era Cajera y vendedores, en algún momento de esos tiempos, amén de Martín, Armando Del Bono, Pato, Julio Cesar Cepeda, Roberto Mirande, el Vasco Jaurretche, Guillermo Morales, Berta Pietroantuono, Nora Dospital, María Josefa Jaurena, Mónica Barnetch… Cadete fue Ignacio Lamarque y en las oficinas, además de Ana María Bonito, recordaba a Poli Wolf, Elvira Zabaljauregui, Isabel Abraldes…
… Martín nos recuerda que el último lunes del mes era “Lunes Bravo” y que con cada cambio de temporada se recorría toda la zona rural dejando en cada tranquera el afiche con las ofertas… Recuerda además la presencia de todo el personal en la “inauguración” de la Sucursal en Ranchos, a principios de los 70, aunque del cotejo de almanaques y circunstancias, surge que la casa en Ranchos data de la misma época que la de Chascomús y que el acontecimiento setentista fue la inauguración de una nueva sede para la Tienda que también allí contaba su edad en décadas…
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…Y suma y sigue María Cristina, con sus apuntes de memoria… Pasaron tantos empleados en esos 50 años”… y nos cuenta del mucho cariño con que recuerda a tantos de ellos… Y surgen del relato a la distancia los nombres de Chiozza, Palacios, Herminia, Haydee, Noemí Perrone, Clelia, Teresita Escobar, Bruni, Bartoletti, Ozaeta… en el escritorio, Ana Lacoumete, Isabel, Marisa Tanzi, Berta, Poly, entre muchos otros… Recuerda luego a Julio Fornetti, que estuvo a cargo de la sección zapatería durante algunos años…
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… Es inevitable ir sumando nuestros propios recuerdos y vivencias, de otros días… Eran aquellos tiempos de nuestra infancia, cuando la ciudad aún albergaba aquellas firmas grandes como la Casa Rodríguez o la Casa Alfonsín… Y aquellos días en los cuales era signo distintivo de la vida comercial la presencia de las grandes tiendas… La Casa Boo, en Libres del Sur y Soler… la Casa Colombo, en Libres el Sur y Franklin… y la autóctona, aunque con nombre repetido en la geografía, Tienda Blanco y Negro, la de los ¡¡Lunes Bravo!!… que era una suerte de marca registrada del día de las ofertas del último lunes de cada mes… Esa condición de firma lugareña… para nosotros, nuevos en el mundo, Blanco y Negro estaba ahí de toda la vida… tornaba propicio un vínculo estrecho de muchas familias… al menos ocurría en la nuestra… la atención, el trato, el crédito accesible… En los días de nuestra adolescencia, el recuerdo en este caso se asocia con Antuco y Enrique, al frente de la Tienda, ya fallecidos los dos, al igual que Ana María, siempre en la administración…
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…Y la vida que se vuelve álbum y las vidas que se vuelven historias para contar… Y van apareciendo las fotos de José, aquel muchacho de Badajoz con sus flamantes 18… y su ida y vuelta para unir su vida para siempre con Ana María… y de los días en Gualeguaychú… y su paso por Parque Lezama… la llegada a Chascomús…. Las bienvenidas y los adióses… los sueños que se cumplieron y los que se vieron truncados, los hijos que crecen y las vidas que se apagan, los hijos de los hijos y siempre, la decisión, el esfuerzo, el coraje, la entereza… El espíritu emprendedor… la dedicación, el trabajo…. y esa marca registrada… Hoy 28 de diciembre, se cumplen 72 años del día en el que don José Bonito asumió la presidencia de la Cámarade Comercio… Hoy, último lunes de mes, hubiera sido Lunes Bravo… Un Lunes Bravo del recuerdo… Blanco y Negro y otra historia de vida para ser contada, desde que empezó allá lejos en el tiempo… del otro lado del mar… Y para que no se pierda la memoria en cuarentena…
En cuanto a las fotos… José Bonito cuando vino de España… Con su esposa y sus hijos pequeños…. Ana María, Antuco y Enrique… Chiozza y Palacios, dos de sus empleados…. Antuco y su familia…. Enrique y su familia…