En tiempos de contenidos digitales, redes sociales e internet, Auka González Cornejo, Camila y Joaquina Kumrich, preadolescentes ellas, representan un breve reflejo de antaño, un retorno a las fuentes, a la palabra impresa y al libro. El aislamiento pandémico las conectó con la lectura, su actividad predilecta, y una vez dada cierta normalidad crearon un club para contagiar su avidez literaria. De eso se trata “Más libros que no sé que”, un encuentro semanal entre amigas, acompañadas por la bibliotecaria Marita Halty y con sede en la Biblioteca Popular Ambulante y Rural de la calle Neuquén. Cada viernes las jóvenes comparten literatura e intentan la perlita de fusionar lengua y acrobacia y leer piernas para arriba.
“¿Hacemos un club de lectura?” le propuso Auka a Camila en una de las tantas videollamadas durante la cuarentena. Estudiante de la Escuela Normal la primera, de la Municipal 1 la segunda, pero amigas y lectoras empedernidas. Por eso no lo dudaron ni un poquito y así empezó esta historia. Joaquina, un par de años mayor, colaboró con el nombre: “Más libros que no sé que”, emulando el título “Más letras que no sé que” de Silvia Schujer y Liza Porcelli, e ilustraciones de Marcelo Elizaldei. “Es un libro que va por el abecedario contando distintos cuentos. Con la A, con la B, con la C y así. Después empezamos a hacer carteles promocionando el encuentro, pero esta estrategia no funcionó”, cuenta Joaquina.
La folletería para promover “Más letras que no se qué” la realizaron en “la guarida”, una especie de lugar literario secreto en el barrio “Los Sauces”, donde una vez dadas ciertas aperturas Auka, Camila y Joaquina se reunieron para darle forma y ultimar los detalles del emprendimiento. “Pegamos carteles en los postes para que los chicos firmaran y se anotaran. Detallamos días y horarios de las reuniones pero no pasó nada”, agrega entre risas Camila.
Necesitaban una madrina literaria y Marita Halty, encargada de la Biblioteca Popular Ambulante y Rural, resultó la persona indicada, “encantada de recibirlas, me contaron la idea del club, la necesidad de sumar gente y me pareció genial”, recalca la bibliotecaria. Coordinaron que sea los viernes a las 17 y empezaron a llegar más lectoras: Pilar García, Pilar Faga, Maitena Grancela…
A la hora de los títulos las chicas coinciden en mencionar “La tierra de las historias”, una serie de libros infantiles de ficción, aventura y fantasía escritos por el autor y actor Chris Colfer. La saga, que cuenta con seis publicaciones (El hechizo de los deseos; El regreso de la Hechicera; La advertencia de los Hermanos Grimm; Más allá de los Reinos; La odisea del Autor y Los mundos colisionan), es de lo más demandado de la biblio: “Son unas genias, justo cuando vinieron a proponerme de hacer el club estaba con el pedido anual de libros. Supe de estas historias y de la editorial VR Editoras, que publicó también el ‘Diario de Pilar’, es buenísima. Leo mucho para niños y jóvenes, esta biblioteca está especializada en lecturas para ellos, en la actualidad hay libros muy buenos, ojalá hubiera tenido estas publicaciones cuando era chica”, destaca Marita.
“No queremos spoilear la historia” responde Camila cuando se le pregunta por el nudo del libro de Colfer y a cambio cuenta que le gusta la acción, la aventura y también narrar, “junto con Joaqui empezamos a escribir cuentos”; “Ciencia ficción e historias del futuro” contrapone Auka; mientras que la mamá Cecilia, orgullosa, afirma que “leen desde chiquitas y piden que les regalen libros”. Además, son una sensación en la escuela, “a mi maestra le encantó la idea, pide que le mandemos fotos” expresa Cami y Auka agrega que “están contentas porque nos activa la imaginación”. En la fila para felicitarlas se apuntan padres, tíos, abuelos, amigos, “es muy valorable que a esta edad tengan esta iniciativa” destaca Halty.
Como si fuera poco, se animaron a realizar eventos, entonces Sole Cecere y Ane González del espacio “Luna Laguna” y la ilustradora Flora Valdez presentaron “La sabiduría que habita en mí”. “El libro surgió del trabajo en los talleres de Educación Sexual Integral (ESI). En el encuentro se habló de la menstruación, las chicas hicieron preguntas y pudieron romper algunas cuestiones, había adultos y niños, estuvo muy bueno”, cuenta al respecto la bibliotecaria.
Y mientras las chicas intentan la inusual pirueta que combina destreza e intelecto, acrobacia y lectura, Marita Halty cierra: “Entran a este espacio y es mágico. Si bien la idea es tener en algún momento un móvil, igualmente somos ambulantes porque andamos por todos lados: jardines, escuelas, plazas… donde nos invitan vamos, ya sea con el grupo de narradores o con las cajas viajeras repletas de cuentos y novelas. Es una maravilla este lugar y el club que idearon las chicas es parte de él”.