No alcanzaría una nota para revisar, aunque a vuelo de pájaro, una historia como ésta: Un radioaficionado y tres amigos, Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, serían «Los locos de la azotea”. Aquel día, responsables de la emisión de la ópera Parsifal desde el Coliseo porteño en la que se considera primera transmisión radial del mundo. Fue el 27 de agosto de 1920. Fue el primer mojón de una historia curiosa y apasionante. La de la Radio. Una historia que tiene que ver tanto con cada uno de nosotros…
Cuánto tiene que ver con esa historia rica, nos ha llevado a imaginar de qué manera podríamos sumar aquello que para nosotros representa la radio. Ello como oyentes, primero, lo que obliga a viajar en el tiempo otra vez. Pero a la vez y dado que de aquellos locos de la azotea habríamos de llegar a éstos días de dial lugareño tan nutrido, vale también el recordar otras voces que han surcado antes de ahora, el aire chascomunense. Porque en nuestro medio pasarían muchos años antes que los lugareños escucharan voces conocidas irradiadas y no por la radio. Serían primero los altavoces en la calle Buenos Aires, con publicidad y algunas noticias, antecedente de la publicidad andante con altavoces. Una historia aquella que a uno lo toca de cerca…
…Es que el mayor de mis tíos paternos, José para nosotros, Antonito para mi abuela, en general “el de los parlantes”, había creado la Publicidad Bon dedicada a la publicidad por altavoces, primero como una propaladora con bocinas fijas en la calle Buenos Aires, tiempos en que mamá, claro que cuando aún no lo era, se había desempeñado como locutora, y con los años con los parlantes sobre el automóvil…
… Así las cosas, la Publicidad Bon que luego sería la que “atronaría el aire” con parlantes, fundada en el ´39, y por aquello de las vueltas de la vida tuviera por locutora cuando los parlantes en red, a una jovencita que, con los años, sería esposa del hermano del fundador de la Publicidad… El habría de ser con los años mi papá… ella sería mi mamá. Sé por ella que en las tardes de domingo, Efraín Zuloaga, Pelón, alternaba entre comentarios de fútbol y música clásica, de la que sería luego difusor por altavoces desde el Edificio del Turista. Ella por su parte se encargaba de los avisos y la transmisión se hacía desde una suerte de cabina inserta en una esquina del local comercial de Bonavita y Montero, en Alvear y Remedios de Escalada en los tiempos en que mamá era la locutora… cuando su primer trabajo formal, a los 15 ó 16 años, al inicio de los años cuarenta…
… Fue luego de aquellos parlantes en red que José – más adelante con su hijo Osvaldo, padre de Jorge que tiene en aquella incursión paterna su primer antecedente que lo vincula con el micrófono- hizo de la Publicidad Bon, fundada en 1939, un “clásico” de las calles pueblerinas…
…Fue desde aquel auto de antiguo modelo con cuyo recuerdo se asocian los de mi niñez, hasta la pequeña flota de Citroen de los días postreros de la publicidad oral de la empresa, cuando una norma de los sesenta, en tiempos de Moujan en la Intendencia, obligara a enmudecer altavoces y buscar otros rumbos a Osvaldo, sucesor de José Antonio, que en verdad así y como su padre, mi abuelo, se llamaba el mayor de mis tíos. De los días de la infancia, bien que podríamos volver a los altavoces, dar micrófono a Rolfi Chiacchio, uno de los locutores en el auto, antes que llegaran los grabadores, y cuya voz asocio sin esfuerzo a aquella propaganda, y pedirle dijera como decía de los Imparciales… Buenos de punnnta a punnnta…
Se trata de una historia que alguna vez hemos contado de costado y que supo tener competencia casi treinta años después, hace más de cincuenta ahora, con una Publicidad Rayo, montada según creo recordar sobre un camioncito azul, cuya puerta delantera tenía uno estampado –un rayo, digo, si es que la memoria no me es infiel- aunque no sería ese rayo sino la aplicación irrestricta de una ordenanza general, la que dejaría a Chascomús sin publicidad oral, sin voces en el aire… La radio seguía mientras tanto viviendo su historia. Y siendo amiga del alma. Y entre nosotros esperando…
… Colón es una ciudad bonaerense, cabecera del partido homónimo, ciudad en la que se había creado la “Publicidad Colón”, que comenzó con propalación de música, propaganda y noticias lugareñas, y luego, comenzó a instalar receptores en comercios e instituciones, dando origen a lo que luego, con la prohibición de los altavoces en la calle, daría origen al Circuito Cerrado… la Emisora Colón y con los años Frecuencia Modulada… Si a este dato apelamos, es porque en los ´70 de Colón llegarían a Chascomús, quienes se habían fogueado en aquella Emisora… Uno de ellos, Alberto Morel, nos contaba hace un tiempo que allá en Colón, cuando llegó el tiempo de la prohibición de los parlantes en la vía pública, tras una primera desazón, pronto se afrontó la tarea de establecer el circuito cerrado… Pronto habría de conocer a Ricardo Giménez, que era del pueblo vecino de Wheelwright, adónde trabajaba en un emprendimiento similar, y a quien desplegaba distintas actividades allí, Omar Maulín… Con los años, juntos o separados, en emprendimientos compartidos o empresas distintas los tres habían procurado a su modo servir a lo que acaso empezaran a aprender en aquellos tiempos… En fin… en esta historia contada a trazo grueso, llegarían, después de la conscripción en el 69 en Junín, los setenta, cuando Albarracin, un conocido de ellos que había llegado a Chascomús, cree oportuno establecer una emisora como la de Colón en Chascomús e interesa en el proyecto a Martín Girotti diciéndole de la posibilidad de contar con quienes podían llevar adelante la empresa, para ofrecerles luego “a los chicos de Colón” la posibilidad de abordar un vuelo en busca de nuevos horizontes… Tras alguna deserción, en definitiva Alberto Morel, Ricardo Giménez, ambos de poco más de veinte y Omar Maulín, el mayor del equipo, llegaron a Chascomús en los setenta y, más allá de algunos cambios de domicilio, aquí nutrirían vínculos con Chascomús para siempre… Lo cierto es que puesta en marcha la Emisora en Chascomús, con los estudios en la calle Libres del Sur, casi Bolívar, en la planta baja de la casa que entonces ocupaba Marta Tolosa, comenzaron a estrechar vínculos con Chascomús, sus instituciones y los chascomunenses… Contaba Alberto de los primeros días, cuando cablearon las calles Libres del Sur y Belgrano entre Lastra y Mazzini y pusieron en marcha el proyecto… Al poco andar, les encomendaron la conducción y animación del Corso de Carnaval en la calle Libres del Sur y esa fue una carta de presentación que posibilitó una expansión franca y constante de aquel servicio a cargo de “los muchachos de la Emisora” como genéricamente eran identificados por el vecindario… A los pocos años la Emisora tuvo su sede propia, frente a la que fuera la primera casa, con un diseño específico para una radio, siendo diversos los avatares que al adentrarse en los ochenta, marcaron la posibilidad de emprender un nuevo viaje, aunque esta vez, sin perder la referencia de nuestra ciudad y su gente… Después, vendrían las radios de verdad, aquí en Chascomús, y para ellos en la Costa… Y si bien esta es la hora de rendir tributo a la Radio en sus cien años, nos pareció oportuno dedicar un recuerdo a los antecedentes de otras voces en el aire…