La canción Hay secretos del grupo musical Canticuénticos ayudó a destapar un caso de abuso sexual infantil.

“Hay secretos chiquitos que te invitan a jugar y hay secretos tan enormes que te vienen a asustar. Hay secretos livianitos que te llevan a volar y hay secretos tan pesados que no dejan respirar. No se tienen que guardar los secretos que hacen mal”. Así comienza la vidala Hay secretos, del grupo musical santafecino Canticuénticos, que ayudó a destapar un caso de abuso sexual infantil en la provincia de Neuquén y sonó durante el juicio.

Un maestro de música les enseñó la canción a sus estudiantes de segundo grado. Una nena de siete años la cantó en su casa y una de sus hermanas contó que había sido abusada por un vecino. Otras dos nenas del barrio dijeron lo mismo.

“Mientras estábamos filmando el video de Noni Noni, una canción de cuna, pensé que tantas nenas y tantos nenes seguro se dormirían con miedo y angustia en vez de con mimos y palabras de cariño. Pensé que así como desde las canciones queremos acompañar todo lo bello de la niñez, también deberíamos ayudar a transitar y tratar de resolver lo horrible, lo trágico. Pero ¿cómo poner en música y palabras un intento de ayuda para quienes están siendo víctimas de maltratos y abusos? ¿Cómo abordar el tema con respeto y sensibilidad? La ayuda llegó en un mensaje de la licenciada Sabrina Medina, una profesional que trabaja en prevención del abuso”, recuerda Ruth Hillar, autora de la canción.

Sabrina Medina es licenciada en Trabajo Social, vive en Paraná, provincia de Entre Ríos y por más de 15 años trabajó en la asistencia directa a mujeres víctimas de violencia de género; y a niñas, niños y adolescentes que sufrían abusos sexuales.

“No encontraba cuentos, canciones, dibujos animados, películas, juguetes que no reprodujeran los estereotipos de varones y mujeres: niñas sumisas, calladitas. Varones en un rol más agresivos, que no lloran ni sienten miedo. Me inquietaba que no hubiera mensajes que rompieran con esto”, cuenta Medina y dice que ese fue el motivo que la llevó a mandarle un mail a Canticuénticos manifestando su inquietud que no tardó en ser respondido por Hillar.

Y así se empezaron a juntar para hablar de las características de manipulación, silencio y secretos que presentan quienes abusan de chicos y chicas. “Era un desafío muy grande cómo transmitir un mensaje tan sensible para aquellos que nunca vivieron algo así, para quienes puede servir de prevención; y también para quienes les estaba pasando sin tener que revivir esa situación”, recuerda Medina.

La canción Hay secretos surgió de los saberes técnicos de Sabrina y los artísticos de Ruth. “Me interioricé en muchas cuestiones relacionadas con el  abuso y su prevención. Y a partir de esa información dura empecé a buscar la poesía, un lenguaje simple que pudiera llegar a quienes están sufriendo pero también a quienes no. Quise hacer, además, un llamado a los adultos que somos responsables de estar atentos, de ofrecer confianza, de brindar contención. Por eso en los estribillos cantan niñas, niños, hombres y mujeres. Los chicos pidiendo ayuda, los grandes haciéndonos cargo y asumiendo la responsabilidad de enfrentar el problema”, cuenta Ruth Hillar.

“Busqué, para la música, un género argentino que tuviera un carácter intimista y profundo y pensé que la vidala era la indicada”, recuerda la autora.

El tema del abuso, así como también la violencia de género, por mucho tiempo estuvo encubierto y silenciado. “Escondido entre las paredes de la propia casa, o casas de familiares, entre los muros de iglesias y  colegios. Y socialmente ha existido ese silencio,  mirar hacia otro lado y hasta silenciar las propias historias familiares. Afortunadamente esto está cambiando. El tema se empieza a visibilizar cada vez más pero el camino es largo y difícil”, dice Hillar.

La canción Hay secretos ya es parte de los contenidos de Educación Sexual Integral (ESI) en muchísimos jardines y escuelas de todo el país. “Esperamos que sea de gran ayuda para quienes sufren y proteja a quienes corren riesgos ayudándoles a dar las señales necesarias para cuidarles”, dice su autora.

Fuente: Ministerio de Cultura de la Nación – Imágenes: Estrellita Caracol