Por Marta Lamboglia *
Desde el año 2012 se conmemora cada 15 de abril el Día Internacional de las Artes para celebrar el nacimiento del genio y artista más destacado de todos los tiempos, Leonardo da Vinci.
Da Vinci fue más que un artista del mundo de las Bellas Artes, no se lo reconoce solo por sus famosas obras pictóricas como “La Gioconda”, con esa sonrisa inolvidable, o “La última cena”, que le dio a ese momento bíblico una profundidad memorable. Fue multifacético, un adelantado para su época, se destacó como pintor, arquitecto, escultor, poeta, anatomista, filósofo, inventor y más.
Con pocos años soñaba con volar, entonces dedicó horas y horas a observar el vuelo de las aves y bocetar la máquina voladora, como la llamaba él.
Entre sus tantos inventos se destacan la máquina de la guerra mortero (de 33 cañones), el paracaídas, el tornillo aéreo, la ballesta gigante, el vehículo blindado (precursor del tanque moderno) y el equipo de buceo.
A los 18 años comenzó su formación en el estudio de la anatomía humana e inventó los cortes anatómicos y la representación de la figura humana en diferentes planos, para después analizar las estructuras profundas (óseas, musculares y viscerales).
Inventó el canon de representación de la figura humana. Con la ilustración del hombre de Vitruvio, en 1490, Leonardo demostró que cuando un hombre coloca sus pies firmemente en el suelo y estira los brazos puede estar inscripto en un círculo.
Los descubrimientos de estos estudios anatómicos quedaron registrados en los famosos dibujos de anatomía, que se encuentran entre los más significativos logros de la ciencia del Renacimiento.
Por todo esto y más, Leonardo da Vinci es considerado el representante por excelencia de las artes, se trata de una personalidad que atraviesa cada época y que como ninguna hace puente indisoluble entre la ciencia y el arte.
* Profesora en Artes Visuales, especialidad Pintura, egresada en la Escuela de Arte «República de Italia» (EARI) de Florencio Varela.