Por su aporte al conocimiento científico en el área de la microbiología, Natalia de Miguel, investigadora independiente del CONICET, vicedirectora del Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH) y directora del Laboratorio de Parásitos Anaeróbicos, fue distinguida con el Premio Estímulo 2021 por la fundación Bunge y Born, una de las menciones más importantes de Argentina. “Siento felicidad y sorpresa, porque una no se postula, sino que la elección la realiza una comisión de expertos en el tema” expresó en charla con ANTI, en la que además describió la actualidad de la ciencia nacional.

Con madre y padre bioquímicos la infancia de Natalia de Miguel transcurrió entre tubos de ensayo y microscopios. Una vez terminada la secundaria decidió continuar el linaje científico y estudiar la misma disciplina, “me orienté hacia la microbiología, investigar los microorganismos que generan infecciones en el humano”.

Si bien es porteña, su trayectoria académica está estrechamente vinculada a Chascomús y al INTECH: doctorado en Biología Molecular y Biotecnología en 2003; dirección por concurso, junto a la Dra. Verónica Cóceres, del Laboratorio de Parásitos Anaeróbicos en 2013; y vicedirectora del instituto desde 2019. Su formación incluyó también un posdoctorado de 3 años en la Universidad de California, Los Ángeles, Estados Unidos.

Semejante dedicación tuvo su reconocimiento este 2021 con el Premio Estímulo otorgado por la fundación Bunge y Born, “se armó una comisión de 17 expertos en microbiología que propusieron candidatos de acuerdo al currículum. Se tuvo en cuenta la trayectoria de la persona y, en mi caso, el estudio sobre los parásitos toxoplasma gondii y trichomonas vaginalis, que provoca este último una de las enfermedades de transmisión sexual no virales más comunes del mundo”, apuntó la investigadora.

“Consideraron el aporte a la ciencia más allá de los resultados en publicaciones científicas y mi experiencia en gestión como vicedirectora del instituto”, agregó la experta en parasitología que supo del reconocimiento vía zoom, de acuerdo a los tiempos de la pandemia, “conéctate que es importante”, contó que le dijeron.

Natalia, que además de investigadora es la mamá de Joaquín y Micaela, destacó el hecho de que se premiara un instituto del interior, “por lo general se reconocen instituciones de grandes ciudades, como el Instituto Leloir o el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario, y no es lo mismo hacer ciencia en uno y otro lado. En Chascomús tenemos dificultades, se rompe un equipo y el lugar más cercano para pedir préstamo está a 70 kilómetros”.

La ciencia al rescate

La microbiología consiste en el análisis de las formas de vida y funcionamiento de los microorganismos. Dentro de la materia hay especialistas en parásitos, como Natalia, pero también en bacterias y virus, “la importancia de la disciplina se puede palpar en la actualidad, ya que cuando surgió la pandemia de coronavirus los investigadores supieron enseguida qué proteína atacar. Esto se debe a que hay investigación previa de ciencia básica y mucho conocimiento acerca de los distintos coronavirus, lo cual permitió el desarrollo de vacunas”, opinó.

Con la industria alimenticia aportó otro ejemplo de cómo la microbiología puede mejorar la vida cotidiana: “El probiótico es una bacteria beneficiosa para el cuerpo que se le agrega a los alimentos y se estudian en nuestra disciplina”. Respecto de la parasitología, materia en la que destaca, narró que “trabajo con parásitos que causan infecciones en humanos. La idea es entender el mecanismo de contagio y estar al tanto de las proteínas esenciales para generar una nueva droga y atacarlas”.

Por otro lado, la científica de vasta experiencia, se animó a evaluar la calidad de la ciencia en la Argentina y dijo que “el nivel es bueno, tenemos mucho potencial. Tuve la oportunidad de viajar a distintos países a capacitarme, colaborar con gente del exterior y creo que académicamente estamos bien. Falta inversión, como en otras áreas del país, pero la base está, hay que pelearla por decirlo de alguna manera”.

Ser mujer en la ciencia y otros temas

“Nunca sentí discriminación concreta, pero está claro que la mayoría de los lugares de decisión están ocupados por hombres, basta con mirar los cargos de investigadores superiores del CONICET o lo que pasa en los institutos, es un dato, no una sensación”, consideró Natalia en relación al lugar de la mujer en el ámbito científico.

Su propia designación como vicedirectora del INTECH en 2019 expuso la mirada predominante: “cuando el director Gustavo Somoza asumió por concurso debió realizar el nombramiento y en los pasillos se rumoreaban solo nombres de hombres. Inconscientemente se asocia a un hombre para el puesto y la mujer debe conformarse con estar en la base de la pirámide. Por eso acepté y estoy agradecida, es un desafío, significa menos tiempo en el laboratorio pero creo que es importante involucrarnos, espero ser la primera pero no la última”, estimó.

En la continuidad de la charla, Natalia describió el carácter de ciencia en el que se siente más cómoda y manifestó que “es un dilema, hay investigadores que trabajan para ayudar al bienestar general y otros que la ven desde el punto de vista empresarial. En mi caso prefiero la ciencia básica y contribuir al conocimiento, sin generar rédito económico quizás, pero también es válida la otra posición. No la juzgo, está bien que haya de los dos tipos y nos complementemos”.

Por último, la doctora que recibirá su Premio Estímulo 2021 en ceremonia a realizarse en agosto, opinó sobre una posible “fuga de cerebros”: “la realidad es que estamos pasando un momento difícil, apuesto a que sea transitorio y las cosas mejoren. Hay gente que quiere irse y lo entiendo, pero también personas como yo que deciden apostar al país”. Y cerró expresando que “la inversión es insuficiente, los subsidios para investigación son en pesos y no alcanzan. Desde el momento de la presentación del proyecto hasta el otorgamiento del dinero transcurren por lo menos dos años y con la inflación el beneficio no alcanza para nada, hacer ciencia en Argentina no es fácil”.